Capítulo 1718
Por teléfono, la respiración de Avery de repente se volvió solemne.
Elliot escuchó las palabras de Tammy y casi de inmediato notó que estaba hablando con Avery por teléfono.
Sin esperar a que los demás reaccionaran, se acercó al costado de la cama del hospital y tomó el teléfono celular de Tammy.
“Avery, ¿crees que es interesante que te hayas estado cerrando y que nadie pueda contactarte? ¡¿Qué estás haciendo?!” Tomó su teléfono móvil y caminó hacia el balcón.
Layla lo escuchó llamar a su madre y corrió tras él.
Pero después de que Elliot entró al balcón, cerró la puerta por la mitad.
Layla se mantuvo fuera.
Avery escuchó la voz de Elliot y su pecho de repente se agitó violentamente.
“No hice ningún truco”. Avery se obligó a calmarse: “Realmente quieres contactarme, puedes contactarme pase lo que pase. Dijiste que no podías contactarme, ¿es posible que no quisieras contactarme en absoluto? Además, estamos divorciados, no hay necesidad de contacto”.
Elliot resopló con frialdad: “Tienes razón. En el futuro, serás tú y yo seré yo. No puedo darte la custodia de Layla. Quieres ver niños en el futuro, a menos que ven y ruega, de lo contrario no te dejaré verlos”.
Avery estaba un poco confundido por lo que dijo.
Él dijo ‘No puedo dártelo de nuevo’, ¿alguna vez pensó en darle la custodia de su hijo?
Elliot estaba lleno de angustia, dijo: “Avery, tengo que decir que eres muy hábil. Apagó deliberadamente su teléfono móvil y no se comunicó con nadie, lo que hizo que otros sospecharan que firmamos un acuerdo para no permitirle contactar a los niños cuando nos divorciáramos. Layla me odia y me culpa. ¿Crees que esto destruirá la relación entre nuestro padre y nuestra hija y te permitirá tener a Layla sin problemas? Cuando quiero hablar contigo, me ignoras, y no importa qué medios uses en el futuro, ¡no puedes obtener lo que quieres!
Al escuchar el tono severo y de reproche de Elliot, Avery sintió que algo podría haber sucedido durante el tiempo que ella no podía ver. Pero ella no era particularmente curiosa.
Si Avery pudiera ver, podría llegar al fondo del asunto, pero ahora no puede cuidar de sí misma y no puede luchar por nada.
Su inusual silencio hizo que Elliot se sintiera aún peor.
“Estás así otra vez. ¡Tú también eras así la última vez! ¡No digas nada! Elliot apretó los puños con fuerza, su ira alcanzando un valor crítico.
Ni siquiera podía recordar cuándo Avery se volvió así.
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