Una mirada de vergüenza brilló en los ojos de Eric.
“No traje mi billetera”.
Cuando Elliot envió al conductor a buscar a Eric, Eric pensó que había sucedido algo grave, no tuvo tiempo de traer nada más que su teléfono.
“Usar mi teléfono móvil para pagar la factura. Puedes comprarlo con el conductor. De lo contrario, el tamaño puede no ser adecuado”. Eric le entregó su teléfono móvil a Layla.
Layla tomó su teléfono móvil, presionó el botón de encendido y apareció la pantalla para ingresar la contraseña.
"¿Cuál es la contraseña de tu teléfono móvil?" Layla preguntó con una cara sonrojada.
"Tu cumpleaños." La cara de Eric también estaba un poco roja, "Todas las contraseñas en el teléfono, el número de cuatro dígitos es su mes y día de nacimiento, y el número de seis dígitos es su año, mes y día".
Layla no estaría tan avergonzada si no fuera en casa de mamá y papá.
Tomó el celular de Eric y salió corriendo como un escape.
Elliot miró a Eric y preguntó: "¿Cuándo cambiaste la contraseña del cumpleaños de mi hija?".
“Después de que ella se mudó a mi casa”. Eric explicó: “En caso de que algún día tenga un accidente, ella puede ayudarme con el funeral”.
“Mi hija está aquí para encargarse del funeral por usted”. Elliot se burló.
“Mis padres también pueden encargarse de mi funeral”. Eric dijo con calma: "Sé que a tu familia no le falta dinero, y a Layla no le falta dinero, pero ahora no tengo nada para darle excepto dinero".
Este tema fue un poco pesado.
Elliot no lo enfrentó como antes, tenía que ganárselo para aliviar su ira.
“Mientras mi hija esté contigo, debes hacerla feliz. Lo que sea que ella quiera, mientras puedas hacerlo, debes escucharla”. Elliot hizo su pedido.
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