Capítulo 534
Después de que terminó la llamada telefónica, Avery miró la hora.
Se preguntó dónde estaba Elliot.
El aeropuerto estaba en una zona apartada. Si estuviera en la ciudad, tardaría al menos una hora en llegar corriendo.
Solo quedaban cuarenta minutos para que Avery tuviera que abordar el avión 35.
No había forma de que ella esperara por él.
Si él perdía su vuelo, tenía que esperar hasta la mañana siguiente para el siguiente.
El tiempo no estaba de su lado.
Mike notó la expresión abatida de Avery, así que extendió la mano y tomó su mano fría79.
“No tengas miedo, Avery. Quienquiera que esté detrás de esto probablemente necesite tus habilidades médicas —la consoló. “Arrastra las cosas todo el tiempo que puedas. Definitivamente encontraré una manera de salvarte.”
“Tenemos que salvar a Wesley primero”, murmuró Avery87.
“Por supuesto.”
“De todos los años que conozco a Wesley, nunca me ha rechazado ni una sola vez de las innumerables veces que le he pedido ayuda. Siempre compartiría cosas buenas conmigo. Nunca me ha pedido que haga nada por él. Ni siquiera una vez… Cada vez que le decía que lo invitaría a comer, siempre pagaba la cuenta al final. Es como un hermano para mí”. En este punto, las lágrimas de Avery rodaron por su mejilla. “Podría haberles dicho mi nombre. ¡De esa manera, no se habría lastimado!
Los ojos de Mike se enrojecieron mientras la abrazaba y decía: “No llores. Wesley estará bien”.
Después de la partida de Avery y Mike de Starry River Villa, los niños cayeron en pozos de miseria.
Mike les había dicho que algo sucedió en Bridgedale que requería su atención y que volverían a casa inmediatamente después de que las cosas se arreglaran.
Sin embargo, no dijo cuánto tiempo tomaría.
Además, los eventos de esta noche fueron demasiado extraños y Hayden no pudo entender qué sucedió en absoluto.
Tenía un fuerte presentimiento.
¡Estaba seguro de que algo realmente horrible había sucedido, y por eso su madre estaba tan molesta y tuvo que irse con tanta prisa!
Avery nunca había hecho nada como esta noche. Nunca había insistido en dejar a Layla ya él atrás sin un aviso.
Hayden nunca lloró con facilidad, pero las lágrimas escapaban de forma controlada de sus ojos.
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