Capítulo 1812
La noche transcurrió en silencio.
El día siguiente.
Era el día de la batalla entre Sky y Omniscient Deity, dos artistas marciales de noveno rango. Como muchos nunca habían visto ni oído hablar de la verdadera fuerza de un artista marcial de noveno rango, unas mil personas vinieron a ver el espectáculo.
Cuando el sol se elevó sobre el horizonte, apareció Sky. De pie en la cima del monte Kirkton, estaba vestido con un traje informal y su expresión era tranquila y serena.
Escaneando su entorno, una sonrisa apareció en su rostro. Nadie sabía quién era su maestro. La razón por la que eligió desafiar a la Deidad Omnisciente y no al Príncipe de la Montaña de las Orquídeas fue que planeó proclamar al mundo su discipulado a la Deidad Omnisciente. De esa manera, su fama y prestigio aumentarían drásticamente y se extenderían por todo el mundo. Para entonces, muchos artistas marciales poderosos buscarían unirse a él y a la nación de Tacriyrus.
“¿Ustedes creen que Sky puede derrotar a la Deidad Omnisciente?”
“¡De ninguna manera! Los rumores dicen que la Deidad Omnisciente es un inmortal que ha vivido durante dos milenios. Sky tiene como máximo doscientos años. Su diferencia de edad es simplemente demasiado grande. La fuerza de la Deidad Omnisciente debe haber alcanzado un nivel increíble. ¿Cómo tendría Sky una oportunidad contra él?
“¡Exactamente mis pensamientos! ¿De dónde sacó Sky su confianza?
“Inmediatamente desafió a un artista marcial que alcanzó el noveno rango hace dos mil años al cruzar él mismo al noveno rango”.
“Sky definitivamente perderá”.
“La batalla aún no está grabada en piedra. Tal vez tenga un as bajo la manga”.
Muchos conversaban en susurros.
Nadie era optimista sobre las probabilidades de Sky. Pocos creían que ganaría la batalla.
Sky había escuchado algunos de los comentarios de la multitud. Sin embargo, no se molestó. Esto era precisamente lo que quería. Quería que la multitud lo subestimara, solo para que él saliera victorioso. Causaría un shock mayor.
Una vez que derrotara a Omniscient Deity, se convertiría en el más grande del mundo.
Pasó el tiempo. Pronto, era mediodía.
Sin embargo, la Deidad Omnisciente todavía no se veía por ninguna parte.
La multitud comenzó a inquietarse.
Comments
The readers' comments on the novel: El General Todopoderoso de Dragón