El General Todopoderoso de Dragón novel Chapter 756

Capítulo 756 La decepción se extendió por el rostro de James. Quincy tomó su mano y lo consoló. “No te preocupes. Lo encontraremos. “Eso espero.” James asintió levemente. Sabía que las posibilidades de encontrarlo eran escasas. Incluso si lo encontraban, lo que estaba buscando podría no estar dentro.

Continuó esperando pacientemente las actualizaciones.

Pronto, se hizo de noche. Los soldados que se habían quedado atrás para buscar en la caverna regresaron.

Habían explorado durante un período prolongado, pero no pudieron encontrar ninguna estatua o roca de más de diez metros de altura.

La fogata seguía ardiendo en la orilla del río.

Daniel preguntó: “¿Qué debemos hacer ahora, James?”

James se puso a pensar.

Incluso decenas de soldados entrenados no pudieron encontrar la estatua después de un día entero de búsqueda. Era poco probable que lo encontraran en este punto.

Solo había dos posibilidades: la estatua o la piedra se habían derrumbado después de diez años, o estaban buscando en el lugar equivocado.

James sacó el mapa y lo analizó de nuevo.

Observó el mapa, miró el río que tenía delante y luego miró la montaña. La montaña era enorme, y el río fluía río abajo desde el acantilado.

Después de reflexionar por un momento, James dijo: “Descansemos por hoy. Mañana, haz que todos continúen buscando río abajo para ver si hay otras entradas a la caverna”.

James no se estaba dando por vencido todavía.

Esta era su única oportunidad de sobrevivir. Además, la vida de Thea también estaba en juego.

Renunciar significaría esperar la muerte.

Su condición se deterioraba diariamente hasta que todo su cuerpo estaba paralizado, dejándolo postrado en cama.

Sería una tragedia que un dios de la guerra terminara de una manera tan miserable. No podía caer así. Incluso si tuviera que morir, tenía que ser en el campo de batalla. Daniel instruyó a los soldados: “Tomen turnos para vigilar esta noche. Continuaremos la búsqueda mañana. “¡Sí, señor!”

Los soldados respondieron al unísono. A medida que se ponía el sol, su entorno se oscureció gradualmente y las estrellas iluminaron el cielo. Se encendieron algunas fogatas más en la orilla del río. Los soldados se reunían alrededor de las hogueras y charlaban alegremente.