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Capítulo 350
Capítulo 550
Andy dijo: “El juicio del señor Everett es la próxima semana. No creo que haya ningún problema. Conozco bien al Sr. Everett. Cuando salga de la cárcel, probablemente se enfurecerá y hará alguna locura. Pensar en eso me pone nervioso por la señorita Haynes”.
Kody dejó escapar un largo suspiro. Entonces el dijo. “Me gusta bastante la señorita Haynes. Espero que pueda superar esto”.
En la Villa Sherane Bay.
Cuando Joanna regresó a casa, ya eran las seis de la tarde.
Pensó Joanna. He estado fuera un día para nada.
“No vi a Bruce ni fui a trabajar”.
Irvin corrió feliz y gritó: “¡Mami, bienvenida de nuevo!”.
Joanna dejó su bolso, frotó la cabeza de su hijo y respondió: “Sí, he vuelto”.
Joanna preguntó: “¿Qué estás haciendo?”
Respondió Irvin. “Estamos jugando con bloques con Lilia”.
Joanna preguntó casualmente. “¿Has hecho tu tarea?”
Irvin hizo un puchero y dijo: “Ya terminamos la tarea.
“¡Pero estamos tan aburridos! Queremos montar a caballo.
“Mami, ¿puedes llevarnos a montar a caballo? No hemos montado a caballo desde que papá fue a la cárcel.
Irvin hizo un puchero con expresión insatisfecha.
Al oír esto, Joanna frunció el ceño.
Irvin siguió preguntando. “Mami, hace muy buen tiempo hoy. ¿Puedes llevarnos a montar a caballo, por favor?
Joanna respondió: “Irvin, mamá está un poco cansada hoy. ¿Podemos ir otro día?
Dijo Irvin. “Luego te masajeo los hombros”. Irvin era el mejor en halagos. Parpadeó con sus grandes ojos redondos y miró a Joanna adorablemente.
Joanna sonrió y respondió: “Jaja, está bien”. Subió las escaleras para ponerse el pijama antes de regresar a la sala de estar.
En la esquina de la sala de estar había un castillo hecho de bloques de construcción. Davian se centró en construir un muro defensivo con bloques.
Lilia se sentó en el castillo y le entregó bloques de construcción a Davian.
Joanna se sentó relajada en el sofá y observó jugar a sus hijos.
Joanna pensó: “Estar con los niños me hace sentir plena y cálida. Incluso si no hago nada. Me siento muy feliz.”
-Preguntó Irvin. “Mami, ¿te sientes bien?”
Irvin estaba masajeando a Joanna. Sus manitas regordetas sí tenían fuerza. Masajeó un poco el cuello y los hombros de Joanna.
masajista.
Joanna respondió: “Sí, me siento muy bien. Irvin, eres increíble”.
Cuando Irvin escuchó esto, se esforzó más. Sus manos regordetas se cerraron en pequeños puños mientras masajeaba la espalda de Joanna. Él sonrió y dijo: Je, je. Soy un profesional. Mami, disfrútalo”.
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