Archie y Benny pararon un taxi tan pronto como lograron salir de la mansión. Inicialmente, el conductor dudó en llevar a ambos niños al verlos.
Sin embargo, miró hacia el área residencial de donde venían corriendo y encendió el motor inmediatamente después de que le informaron de su destino.
¡Esto me hará ganar mucho, dado lo ricos que son sus padres! Mientras tanto, ninguno de los niños estaba al tanto de los pensamientos del conductor mientras se concentraban en inventar excusas para cuando conocieron a su padre.
Después de un rato, el auto se detuvo frente a la residencia Farwell. El conductor miró hacia la entrada de la casa mientras esperaba ansioso que alguien saliera a pagarle.
Archie sacó cien de su pequeña mochila y se los entregó al conductor. “Puede quedarse con el cambio.”
El taxímetro indicaba que el viaje les costaría sesenta, pero a los niños no les apetecía recuperar el cambio en su afán por encontrarse con Estella.
Mientras tanto, el conductor se sorprendió por la cantidad relativamente pequeña que recibió. Los niños habían salido del taxi cuando volvió en sí.
A pesar de que Archie era el más alto de los dos, solo podía alcanzar el timbre estando de puntillas dada su altura. Alguien respondió al intercomunicador tan pronto como sonó.
“¿Quién está ahí?” Catalina se quedó atónita por un momento mientras miraba la pantalla, en la que no se veía a nadie.
Después de un momento, escuchó las voces infantiles de Archie y Benny. “¡Somos nosotros, Sra. Catalina! ¡Nos gustaría visitar a Essie!”
Catalina se compadeció de los niños al escuchar eso. Estella debió querer encontrarse con ellos dos, viendo cómo pasó la noche antes de llorar.
Sin embargo, Lucian se había ido con ella temprano esa mañana. Además, hizo un punto para indicarle que negara la entrada a los niños si pasaban por allí.
Al recordar eso, Catalina no tuvo más remedio que armarse de valor e informar a los niños: “Sra. Estella no está en casa. Deberías irte.”
Ella desvió la mirada y colgó inmediatamente después, incapaz de enfrentarlos. Mientras tanto, los chicos intercambiaron miradas de sospecha mientras aún estaban parados en la entrada de la mansión.
Negándose a creer que Estella no estaba en casa, optaron por pensar que Lucian había hecho que Catalina los engañara.
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The readers' comments on the novel: El secreto que nos separa
Cómo sigue ahora la novela. Me he quedado enganchada...