Elias y Sonya se quedaron un rato para pasar tiempo con Estella.
Por mucho que lo intentaron, Estella permaneció desinteresada. La niña se negó a escribir ninguna palabra a pesar de que Sonya le dio un lápiz y papel. Ella solo asentía o sacudía la cabeza ante cualquier pregunta que le hicieran.
Sonya se sintió mal por Estella, pues sabía que la pequeña estaba traumatizada por los hechos de anoche.
Lo único que podía hacer era pasar más tiempo con Estella.
Cuando llegó la noche, Sonya se puso de pie de mala gana. “¿Debería traer a Essie de vuelta para poder cuidarla? Estás ocupado y me temo que no puedes cuidarla bien”.
Lucian rechazó su oferta de plano. “No, gracias.”
Después de lo ocurrido anoche, se negó a dejar ir a Estella a ninguna parte.
Como se negó a ceder, Sonya no dijo nada más. Habló brevemente con Estella antes de irse con su esposo.
Después de que se fueron, Lucian curó la herida de Estella y la llevó arriba para que pudiera irse a la cama.
Estella se quedó mirando su herida en silencio y no mostró respuesta a sus palabras.
Frunciendo el ceño, Lucas preguntó: “¿Te duele la herida?”
Estella levantó la cabeza y negó con la cabeza.
“¿Qué ocurre? Dime —dijo Lucian pacientemente.
Frunciendo los labios, Estella señaló el medicamento sobre la mesa y tomó el bolígrafo para escribir “Sra. Jarvis” en el papel.
Su acción tiró de las fibras del corazón de Lucian. “¿Quieres darle la medicina a la Sra. Jarvis?”
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The readers' comments on the novel: El secreto que nos separa
Cómo sigue ahora la novela. Me he quedado enganchada...