Capítulo 781 ¿Qué estás haciendo
Mientras tanto, en la residencia Farwell, Catalina no había dormido en casi toda la noche. Anoche, desde que Lucian se llevó a Estella, a Catalina le empezó a picar el cuerpo. Sin embargo, no pensó demasiado en la condición y planeó seguir durmiendo.
Inesperadamente, después de un tiempo, la picazón empeoró y no pudo conciliar el sueño. Soportó las molestias hasta el día siguiente. Al despertar, Catalina notó que su cuerpo estaba cubierto de manchas rojas similares a las de Estella.
Algunas otras amas de casa que conocían más de cerca a Catalina se acercaron y la revisaron. Poco tiempo después, sus cuerpos también comenzaron a picar.
Catalina se dio cuenta rápidamente de que la enfermedad era contagiosa. Inmediatamente ordenó a todos que no establecieran contacto físico entre sí y dispuso que las personas no infectadas se quedaran en el patio.
Solo después de idear un plan simple para solucionar el problema en casa, se acordó de ponerse en contacto con Lucian para informarle de las circunstancias.
Justo cuando sacó su teléfono, Catalina vio que su auto ingresaba al recinto de la casa.
Todos retrocedieron y observaron mientras Lucian estacionaba y salía del vehículo.
“Señor. Adiós, la enfermedad de la Sra. Estella es contagiosa. Tú…” Catalina se adelantó y expresó su preocupación a Lucian mientras aguantaba la incomodidad de su cuerpo.
Ella había servido a la familia Farwell durante muchos años y era considerada una de las pocas en presenciar el crecimiento de Lucian y Estella. Hacía tiempo que los consideraba como su familia.
Al ver cómo Lucian llevaba a Estella en brazos cuando salieron de casa anoche, Catalina supuso que él también estaría infectado. Para su sorpresa, parecía estar completamente bien.
Lucian la midió con una expresión solemne. “¿Cuántas personas han contraído la enfermedad?”
Recuperó sus sentidos y recordó la cantidad de personal infectado antes de informar: “Aproximadamente de cuatro a cinco personas. Les he pedido que permanezcan dentro de la casa. Los que se quedan en el patio son el grupo no afectado”.
Luciano asintió. Luego, regresó a su automóvil para recuperar las botellas de spray y le entregó una a Catalina. “Use esta botella para rociar a los que han sido infectados y las botellas restantes para desinfectar la casa”.
Comments
The readers' comments on the novel: El secreto que nos separa
Cómo sigue ahora la novela. Me he quedado enganchada...