Capítulo 814 Ilusión
Roxanne permaneció ajena a lo que tramaba Aubree. Estella, por otro lado, deseaba desesperadamente que Roxanne aceptara el afecto de su padre por ella.
Durante varios días, Estella molestaba a Catalina para que le enseñara a hacer un pastel cuando regresaba de la escuela.
Catalina, naturalmente, quería saber de dónde procedía el interés. Sin embargo, la niña se negó a explicar y, en cambio, respondía con una sonrisa tímida cada vez.
El corazón de Catalina se derritió al ver la expresión de Estella, por lo que decidió cumplir con el pedido de la niña. Había pensado que Estella solo estaba aprendiendo a hornear por diversión.
Después de todo, Estella era tan pequeña que ni siquiera podía alcanzar la encimera. Necesitaba usar un taburete, lo que hacía que la actividad fuera bastante inconveniente.
Sin embargo, para su sorpresa, Estella había aprendido a hornear bastante decentemente en solo unos días. Temprano en la mañana, cuando se acercaba el fin de semana, Estella esperaba a Lucian en la puerta de su dormitorio.
“¡Papá!” Lucian acababa de abrir la puerta cuando escuchó la linda voz de Estella. Cuando miró a Estella, notó que la emoción estaba escrita en todo su rostro.
“¿Qué es?” preguntó Luciano. La niña tiró de su manga mientras decía: “¡Vamos a ver a la Sra. Jarvis! ¡Todavía no le he dado las gracias!”
Ante la mención de Roxanne, Lucian frunció el ceño. Desde su conversación con Jonathan sobre ella, aún no le había hecho una visita a Roxanne. Tampoco había pensado en ningún gesto romántico.
Sabiendo que Estella quería ver a Roxanne, Lucian se vio en una posición difícil. Estella continuó tirando de su manga expectante, indicando que quería que él la siguiera escaleras abajo.
Estella estaba tan débil que resoplaba y resoplaba con todas sus fuerzas. Incluso su cara se había puesto roja por el esfuerzo. Lucian frunció el ceño impotente y ayudó a Estella a sostenerse agarrándola del brazo. Luego, al paso de Estella, la pareja bajó las escaleras.
Sin embargo, cuando llegaron al fondo, los pies de Estella no dieron señales de detenerse. En cambio, lo empujó hacia la puerta.
Parecía que si Lucian no accedía a llevarla a ver a Roxanne, ella no iba a darse por vencida.
Lucian fue entregado sin otra opción. Todo lo que pudo hacer fue cumplir con sus deseos, y la pareja pronto se dirigió a la casa de Roxanne en su automóvil.
Comments
The readers' comments on the novel: El secreto que nos separa
Cómo sigue ahora la novela. Me he quedado enganchada...