Capítulo 983 Mi turno
“Señor. Adiós”, lo saludó Catalina al verlo entrar. Ella había preparado la cena. La cena es…
Antes de que pudiera terminar la oración, Lucian la interrumpió con cansancio: “No voy a comer; Estaré descansando arriba. Te dejaré a Essie a ti. Justo cuando dijo eso, Estella entró en la casa.
Al darse cuenta de que Lucian no parecía estar bien, Catalina no dijo nada más. Después de ver a Lucian subir las escaleras, llevó a la niña a la mesa del comedor.
Estella miraba escaleras arriba con una mirada preocupada en su rostro. “Papá no se siente bien”. Catalina le dio unas palmaditas en la cabeza y la tranquilizó: “Iré a verlo más tarde. Coma mientras la cena está caliente, Sra. Estella.
Estella seguía preocupada y distraída durante toda la cena. Después de finalmente terminar su comida, se dispuso a correr escaleras arriba. Catalina corrió tras ella.
La puerta del dormitorio de Lucian estaba bien cerrada. Estella llamó a la puerta con cautela pero no obtuvo respuesta. “¿Papá?” ella gritó. El silencio le respondió. Miró a Catalina con ansiedad.
Incluso Catalina estaba empezando a preocuparse. Había visto lo pálido que lucía Lucian. Aún así, como pensó que él sería capaz de cuidar de sí mismo, y dado que Estella necesitaba que la cuidaran, no subió las escaleras de inmediato.
No esperaba que la situación fuera tan grave. Catalina y Estella intercambiaron una mirada antes de que la primera abriera la puerta vacilante.
Afortunadamente, Lucian no tenía la costumbre de cerrar la puerta con llave, por lo que podían entrar a la habitación con facilidad. Al final resultó que, Lucian estaba acostado en su cama, seguro bajo sus sábanas. El estaba dormido.
Parecía estar bien a primera vista, pero los dos pronto notaron el rubor antinatural en su rostro y sus cejas fruncidas. “¡Papá!” Estella corrió a un lado de su cama para observar mejor el estado de su padre.
Comments
The readers' comments on the novel: El secreto que nos separa
Cómo sigue ahora la novela. Me he quedado enganchada...