Capítulo 150
Samuel se sento a comer la avena Aunque no le gustaba, fue ella quien se la llevó.
Cuando penso en la mujer sosteniendo el cuenco y saliendo de su casa en busca de el, no pudo evitar sentirse
Toc! ¡Toc;Toc! Kathleen volvió y llamó a su puerta
_Sanucl –lo mind, Jadeando.
-Usc la caja de seguridad una vez en el condominio: ¿La has abierto después de que me fuera? – preguntó con curiosidad. El negó con la cabeza.
– No, la caja de seguridad sigue en el condominio.
-De acuerdo. Entonces volveré mañana para buscar mis cosas.
-El condominio está a tu nombre. Eres la dueña. Puedes ir cuando quieras -la mirada de Samuel se profundizo-¿Necesitas que te acompañe?
–No, esta bien. Me pasare por alli antes de ir a ver al equipo de rodaje mañana -rechazó.
-De acuerdo -asintió.
-Bueno, disfruta de la comida. -Se dio la vuelta y se fue.
Tras regresar a su habitación, se dejó caer en la cama y se sumio en profundas reflexiones.
Al dia siguiente, Kathleen salio de casa antes de lo habitual. No le pidió a Charles que la llevara ni al conductor que la recogiera. Condujo sola hasta el condominio.
El guardia de la puerta tenia una expresion de sorpresa al verla entrar.
Pathleen no esperaba que el guardia no hubiera sido cambiado.
Entro en el ascensor y subio las escaleras. Poco después, llegó al lugar donde ella y Samuel solian vivir durante tres anos De repente, una ola de emociones miserables aparecio en el fondo de su corazon. No ha Lambadu en absoluto. Todo sigue en su lugar original, se percato.
Sin embargo el lugar parecia abandonado y frio, ya que nadie había vivido alli durante bastante tiempo. A peba de ellu no hablani un solo rincon cubierto de polvo. Supuso que alguien habia estado limpiando la Ce contiei vendid
verd.dedi que preferia el condominio en compalación con la Mansion Florina. Cuando Samuel la llevo alli por primera vez tudavid eslabi Vicia como una casa de muestra da pequena cosa de la casa fue decorado y arreglada por ella
Dejo escapar un subpro apenado y se dirigió al dormitorio
Antes, le dijo a Samuel que queria una caja de seguridad. Al día siguiente, envió a alguien a instalarla en el armario.
En realidad, cuando se trataba de cosas materiales, el satisfacia todas sus peticiones sin dudarlo. De hecho. todo lo que le proporcionaba era lo mejor.
Fue al armario. Todavia estaba lleno de ropa nueva y deslumbrante. Samuel se deshizo de eso.
Se masajcó las sienes para dejar de pensar en exceso.
Entonces, se agachó y abrió la caja de seguridad. El código de acceso era muy sencillo: Una combinación de los cumpleaños de ambos.
«¿Es posible que no lo haya abierto antes? ¿Ni siquiera una vez?», penso. Miró dentro y comprobó que los documentos seguian en la posición en la que los habia colocado.
«No lo ha abierto».
Saco los documentos y buscó en cada carpeta. Por fin, encontro dos documentos de transferencia de las tierras. Los abrió, echo un vistazo rápido y comprobó la dirección,
Dejó escapar un suspiro. Como era de esperar…
Toc toc! Alguien llamó a la puerta con fuerza.
Kathleen se detuvo un segundo. Luego volvió a colocar los documentos y cerró la puerta de la caja de seguridad.
¡Toc toc! El golpe se volvió cada vez más feroz.
Se acercó a la puerta y miro por la mirilla. Eran tres hombres de rostros amenazantes y cuerpos musculosos los que estaban fuera.
Al ver eso, se escondió en el dormitorio. Por instinto, llamó a Samuel.
-Samuel, estoy en el condominio -sonaba nerviosa.
-¿Qué ha pasado?-frunció el ceño.
– Hay tres hombres de aspecto aterrador parados afuera, golpeando la puerta – se mordió el labio- Site viene bien, ¿puedes venir a recogerme?
-Estoy en un lugar cercano, asi que iré enseguida. Llamaré al guardia y le pediré que vaya a echar un vistazo. No salgas. Sólo esperame-le recordó.
-De acuerdo. -Ella asintió con fervor y colgó el teléfono.
Sin embargo, los hombres dejaron de llamar y empezaron a dar patadas a la puerta de forma alocada. ¡Esa gente era despiadada!
Fue a la cocina y sacó un cuchillo, por si acaso, para defenderse. En ese momento, oyo otros movimientos en el exterior.
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