Capítulo 157
-Samuel, tu… – Nicolette abrio los ojos.
Sin embargo, para su sorpresa, la que estaba ante ella era Kathleen.
Esta última llevaba una bata de hospital a rayas azules y blancas. Aunque su delicado y bello rostro parecia palido, seguia desprendiendo un aire imponente.
La que la golpeo fue Kathleen.
-Es la primera vez que oigo a alguien hacer una petición así, así que tuve que acceder -respondió Kathleen con malicia mientras miraba a Nicolette desde arriba.
Este fue el primer encuentro que tuvieron después de un año.
Nicolette apretó los dientes con rabia.
-¡Kathleen!
-Me limite a cumplir tu petición -dijo Kathleen con frialdad y levantó una ceja- Si me pides que te pegue como a un idiota, entonces no puedes culparme cuando te duela. Sin embargo, te lo merecias.
La cara y las orejas de Nicolette enrojecieron de furia.
-¿Hmm? ¿Se te ha pegado la máscara a la cara? -Kathleen se burló. -¿Por qué no te la quitas?
Cuando Nicolette recordó el aspecto de su cara ahora, sus ojos ardieron como dos antorchas.
-¡Todo es por tu culpa!
-¿Yo? -Kathleen fingió ignorancia- ¿Qué tiene que ver esto conmigo?
-¿Te has olvidado? – Nicolette rechino los dientes con resentimiento-. ¡Tú eres la que me hizo esto en la cara! No creas que puedes escabullirte de esto si finges que lo has olvidado.
-Oh. En ese caso, te lo merecias. No puedo culparme. – Kathleen se encogió de hombros.
– Kathleen, si Samuel no me hubiera encarcelado ilegalmente, te habria demandado! Me aseguraré de que te metan en la cárcel -rugió Nicolette.
-¿Vas a demandarme? -Kathleen la miró sin expresión- ¿Quién te dio el descaro de hacer eso?
-Tengo pruebas! – Nicolette rechino los dientes antes de gritar furiosa, ¡Y también testigos! ¡Los que asistieron a la boda son mis testigos! Lo vieron todo.
–Pruebame entonces -advirtió Samuel, con su voz grave tenida de escarcha-. A ver quien se atreve a sacar las pruebas y quién testifica por ti.
– Nicolette, no creas que no has dejado pruebas de lo que has hecho todos estos años! -dijo Kathleen burlándose mientras la miraba con desden.
Nicolette sonrió.
-En aquel entonces, Samuel se deshizo de toda esa gente en un ataque de ira,
En otras palabras, Kathleen no tenia las pruebas ni los testigos,
-¿Estás segura de eso? -dijo Kathleen con indiferencia.
Nicolette se burlo.
–Sé que Gemma es tu amiga. Ella estaría más que feliz de falsificar pruebas para ti.
-Parece que has hecho tu investigación. Me equivoqué al subestimarte -replicó Kathleen con frialdad.
-¡Nunca ganarás contra mi! – Nicolette miró a Kathleen de forma amenazante.
Con frialdad, Kathleen dijo:
-¡Adelante!
Después de eso, se dio la vuelta y se fue.
Nicolette le dedicó a Samuel una sonrisa de complicidad.
-Sabes, tengo que agradecerte, Samuel. Te libraste de todos los testigos de ese incidente sólo porque te salve la vida.
Los ojos oscuros de Samuel eran frios como el hielo.
– ¡Site atreves a ponerle una mano encima a Kathleen, estás muerta! -Samuel advirtió a Nicolette, sus ojos le dieron una mirada prohibitiva.
Aunque el corazón de Nicolette dio un brinco de miedo, fingió su compostura y sonrió.
-Samuel, no olvides que una vez te salve la vida.
-Te dije hace tiempo que ya no nos debíamos nada -replicó Samuel, con un aura cada vez más fria.
–Eres tan despiadado -murmuro Nicolette y lo miro con nostalgia.
Samuel la ignoró y se fue.
Los ojos de Nicolette brillaron al ver a Samuel desaparecer.
Todavia lo amo. Para mí, Samuel es deslumbrante. Si no puedo tenerlo, prefiero destruirlo. ¡Nunca dejare que Kathleen lo tenga!
Kathleen volvió a la sala,
Cada vez que veia a Nicolette, además de un profundo odio, sentia una opresión en el pecho.
«Así es. Cada vez que la veo, me siento asfixiada
Comments
The readers' comments on the novel: Enamorándome de mi esposa provisoria