Capítulo 54
Al anochecer, Samuel regreso a su casa cuando el sol se ponia.
Kathleen había estado dibujando.
Cuando oyó ruidos procedentes del exterior de la puerta, se levantó de inmediato.
Una mirada de sorpresa apareció en su bello y delicado rostro cuando salió.
– ¿Has vuelto?
Samuel la miro fijamente,
«¿Por que está tan agitada? Resulta que salgo del trabajo a tiempo».
– Te dije que volveria antes, ¿no?-dijo Samuel con rotundidad. Pareces infeliz.
En el pasado, Kathleen siempre le daba una calurosa bienvenida cuando volvia. Incluso se lanzaría a sus brazos si el estuviera de mejor humor. Ahora, ella no parecia muy feliz.
-No, no soy infeliz. -Incluso la propia Kathleen no estaba segura de si era feliz o no.
Tal vez fuera porque Samuel la habia decepcionado demasiadas veces, tanto que ya no sabía que sentir.
-Lavate las manos y ven a cenar -dijo Samuel con frialdad.
-De acuerdo -respondió Kathleen con indiferencia.
Fue al baño a lavarse.
Justo en ese momento, una alta sombra la envolvió de repente.
Samuel extendió la mano y la tomo.
-Te ayudare.
-No soy una niña. -Kathleen hinchó las mejillas. Se veia linda de esa manera.
-Entonces…no puedo ayudar si no eres una niña? -Samuel le dio un suave beso en la mejilla.
Kathleen queria evadirlo, pero estaba atrapada en los brazos de Samuel.
Su cuerpo era bastante suave.
Pensamientos sucios se despertaron en la mente de Samuel mientras ella se retorcia en sus brazos.
-No te muevas, -La voz de Samuel era profunda y ronca-. Si sigues moviendote, te comere antes de la cena.
Kathleen se mordió el labio con rabia.
-¡Un mes!
-Es menos de un mes. -Samuel sonrio.
Kathleen permaneció en silencio. Apretó los dientes.
Samuel la ayude a lavarse las manos antes de dejarla ir.
Una vez que Kathleen se libero de sus brazos, se dirigió al comedor y le esperó.
Samuel llegó poco después.
Se sento.
Maria ya había preparado la cena.
Kathleen y Samuel se pusieron a trabajar una vez que se sentaron.
No interactuaron entre ellos en absoluto durante toda la comida.
Samuel estaba acostumbrado a que Kathleen le contara todo sobre su dia. Le resultaba extraño que estuviera tan callada.
-¿Qué has estado haciendo hoy? – preguntó Samuel.
-He estado pintando. – Kathleen sabia que no podia ocultar a Samuel el hecho de que estaba trabajando para Federick. Como era imposible ocultarlo, Kathleen no quiso complicarse la vida.
El rostro de Samuel se ensombreció.
-¿De verdad vas a mantener este trabajo?
Kathleen le miró con calma.
-Este trabajo no te avergüenza, ¿verdad?
Samuel le dedicó una mirada fria.
-¿Crees que eso es lo que queria decir?
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