Capítulo 80
Samuel se dio la vuelta y entro en el dormitorio.
Kathleen acababa de bañarse y estaba vestida con un albornoz de seda de color rosa claro. Se vela vagamente una hermosa silueta que acentuaba su figura de mujer.
Samuel se puso detrás de ella y olfatco.
-Hueles bien.
Kathleen se sonrojó.
-Ve a ducharte.
-Muy bien. -Samuel se apresuro a plantar un beso en la mejilla de Kathleen y entró en el baño.
En cuanto a Kathleen, se fue directo a la cama después de secarse el pelo.
Samuel se dio una ducha rápida y terminó en sólo diez minutos.
Luego se acercó a la cama y la abrazó.
Kathleen se quedó mirando su nuez de Adán y luego cerro los ojos.
-¿Quieres ir a probar los vestidos de novia mañana? – preguntó Samuel con voz ronca.
-De acuerdo. – Kathleen asintió.
-¿Lo prometes? -Samuel sonrió.
-Sí. – Kathleen sonrió. «No digo que no quiera hacerlo. ¿Por qué tiene que confirmarlo dos veces conmigo?>>
Poco sabia ella que a Samuel le faltaba tranquilidad. Quizás se sentia culpable por no haber hecho lo que Kathleen queria que hiciera y por haberle mentido. Si alguna vez descubriera el secreto, se pondria furiosa.
Samuel no podia imaginarse como seria si Kathleen estuviera enfadada. Asi que sólo podia hacer todo lo posible para hacerla feliz. Sólo podia rezar para que ella no se enfadara con él y desapareciera de su vida si se revelaba el secreto.
Al día siguiente, Samuel se levantó temprano y salió a correr por la zona.
Cuando regresó, vio a Kathleen todavía aturdida, sentada en la cama con una mano sosteniendo una tableta y la otra un boligrafo.
-¿Por que estás despierta? -Samuel frunció el ceño.
-Siento que si continuo durmiendo hasta tarde, estaré muerta -dijo Kathleen preocupada.
A pesar de haber sido mimada durante tres anos como Sra. Macari, rara vez dormia. Nunca se mimaba demasiado para evitar que, si ocurría algo, todo no pudiera volver a ser como antes.
Su solidez le hizo sentirse mal por ella. Lo hacia todo con precaución y cuidado,
-Solo somos dos en la casa. No tienes que ser tan obediente. Acuéstate y descansa un poco más. -Samuel le dio una palmadita
-De acuerdo. Se acosto de inmediato.
Samuel esbozó una leve sonrisa.
Le quitó la tableta y el lápiz optico, y luego se fue a duchar,
Kathleen se quedo dormida una vez más.
Cuando descubrió que estaba dormida después de su baño, no la molestó. Bajó las escaleras después de vestirse.
Samuel ordenó a Sebastian:
-Llamame cuando esté despierta.
-Si, Sr. Macari. Lo haré. -Sebastian asintió.
Samuel salió de la casa después de asegurarse de que todo estaba bien gestionado.
Sebastian reflexiono. «Kathleen tiene la suerte de ser minada por él. Pensé que Nicolette seria la que se quedaria en este lugar. ¿Quién habria imaginado que seria Kathleen en su lugar?»
Habia un dicho: Si uno está enamorado de alguien, no se enamorara de otros. Pero si esa persona se enamora de otra, significa que sus sentimientos por la primera no eran tan profundos en primer lugar,
Después de todo, a Samuel no le gustaba Nicolette, pero estaba más enamorado de Kathleen.
Cuando Kathleen se despertó, bajó a comer.
Sebastian informó a Samuel mientras ella comia.
Unos momentos después, Samuel envió a alguien a recoger a Kathleen.
Sebastian informó a Kathleen:
-Señora Macari, el señor Macari va a enviar a alguien a recogerla. El conductor llegará en unos minutos.
Kathleen eructo de repente, como un simpático hamster, y se detuvo un segundo.
– ¿Por qué envia a alguien a recogerme?
-Para probarme vestidos de novia y hacer fotos de boda, senora Macari-respondio Sebastian.
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