Mientras Amy se dirigía a casa, razonó que no les había dado a sus hijos un regalo sorpresa desde que salía y entraba. Los niños entendían su estado financiero y nunca la habían molestado con regalos. Hoy, ella decidió sorprenderlos. En cuanto a Abe, ella no quería pensar en él, mientras él no sea el director ejecutivo, hay poco o nada que él pueda hacerle. Ella no le tenía miedo en absoluto, sino que lo detestaba por el tipo de hombre que ya proyectaba ser.
¿Cómo puede conocer a alguien por primera vez y ya estaba mostrando claros signos de lujuria? muestra lo irresponsable que es.
Amy se detuvo en el centro comercial y, tan pronto como entró, vio una bofetada en la mejilla de un anciano.
‘¡Qué!’ Ella exclamo. Caminó hacia la multitud de personas reunidas allí y se metió de contrabando entre la multitud hasta llegar a donde estaba el anciano.
El hombre corpulento que abofeteó al anciano estaba vestido de traje, pero había otros hombres vestidos de traje por allí.
Amy lo retó, “¿cómo te atreves a abofetear a este anciano? ¿No tenías ningún respeto por las personas mayores?”
Todos los presentes estaban conmocionados, todos se miraban y temían, no por ellos sino por Amy, que acababa de tener el orden de enfrentarse al hombre de traje.
‘¿Quién eres tú?’ El hombre de traje le preguntó a Amy y la miró condensadamente, ‘¿sabías quiénes somos?’
“No me importa quién seas, no está bien abofetear a un anciano, tienes que disculparte con él y compensarlo”, insistió Amy.
‘¿O que?’ El hombre de traje preguntó enojado.
‘O te devolveré la bofetada’, dijo Amy, no le importaba la consecuencia, estaba lista para luchar por este anciano.
“Te reto, te aseguro que te irías de aquí hecho pedazos”, dijo el hombre y Amy le lanzó una contundente bofetada.
Todos hicieron eco en estado de shock, muchos tomaron fotos y muchos ya estaban grabando videos.
¿La golpearía en público? ¿Quien era él? Amy pensó mientras esperaba qué planeaba hacerle el hombre al que acababa de abofetear.
“Te atreviste a abofetearme”, el hombre que Amy abofeteó levantó su bastón enojado y estaba listo para aplastárselo a Amy, pero una voz majestuosa habló desde atrás, “detente”.
Se dio la vuelta y se detuvo de inmediato, bajó la cabeza y quiso explicar lo sucedido, pero el hombre que le dijo que se detuviera hizo un gesto con la mano para indicarle que se callara.
Cuando apareció ante Amy, ¿Amy se dio cuenta de que era el ‘hombre especial’ que vino ayer al hospital para un examen de dientes?
¿Qué estaba haciendo aquí?
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