ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 53. Dos medias familias
-¡Crei que no querías que nadie se enterara!
Nahia se dio la vuelta para enfrentar a Aaron mientras los dos luchaban por camuflarse detrás de uno de los setos del jardin para que nadie los viera.
-¡Y no quería! ¡Pero es que no le has dicho a nadie que estás de reposo! ¿Por qué no traes puesto el cabestrillo?
-Bueno es que…
-¡Es que nada! Luego una muerta de la preocupación y tú bien feliz.
-¿Te preocuparias por mi?
Nahia le dirigió una mirada asesina, pero apenas se dio la vuelta para marcharse cuando Aaron tiró de ella y sus labios se encontraron con un beso lleno de resistencia y de deseo, aunque Aaron sabia que solo se salvaba porque ella no tenia ningún sartén a mano.
-¿De verdad creerán que uno no se da cuenta? -murmuro Nina muerta de risa.
-¡Si es que se le ven los pies por debajo del seto! -exclamó Meli-. Bueno los de Nahia menos… ¿Se le trepó o qué?
-¿Quién se le trepo a quien!? ¡Meli, la escopeta! -gruñó Nathan cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, pero antes de que pudiera hacer cualquier movimiento Nina se puso frente a él.
-Espere, señor King, que tengo algo especial para usted -le dijo y un instante después ponia frente a él una caja de plástico bastante grande-. Ya sé que le quiere disparar a mi hijo, por favor hágalo con esto.
Nathan silbó levantando el arma y se asombró de lo pesado que era.
-¿Rifle de Paintball? -preguntó.
-Modificado, las bolas de pintura salen a doscientos diez kilómetros por hora, le aseguro que le va a doler -sentenció Nina. 2
-Bueno… esto tengo que probarlo. -Se acomodó encima del muro de la terraza y gritó: ¡Salgan con las manos en alto!
Un segundo más tarde Nahia asomaba la cabeza por un lado y Aaron por el otro y Nathan descargaba el primer disparo contra su pierna.
-¡Jooooder! -gruñó Aaron, pero Nathan siguió disparando contra los dos.
-¡Papá! ¿¡Y a mi por qué!? -le gritó Nahia frotándose una pantorrilla.
-¡Por asociación delictiva, complicidad y/o restregamiento no autorizado en el patio de mi casa! -gritó Nathan mientras les disparaba.
Aaron metió a Nahia detrás de su cuerpo y recibió tres o cuatro bolas de pintura más hasta que una le acertó en las joyitas. Se dobló de dolor y Nahia se inclinó sobre él mientras lo veía ponerse colorado.
-¡Jesús!
-¡No, Nathan King! -se burló ella viendo la cara de satisfacción de su padre, pero creo que ya se siente mejor respecto a ti.
Después de quince minutos de retorcerse de dolor finalmente pudo ponerse de pie y se sentó en una de las butacas de la terraza con su bolsa de hielo y su sonrisa disimulada. Había aguantado palizas peores y
aquella definitivamente valía la pena.
Después de eso las cosas parecieron relajarse un poco, al final era demasiado obvio que algo se traían, pero tanto los King como los Orlenko los dejaron seguir aquel juego bajo sus propias reglas.
Y el juego se vio momentáneamente interrumpido cuando comenzaron los exámenes médicos de Kyle para su operación. Algunas pruebas eran incómodas, otras un poco dolorosas, pero todas las soportaba el niño con estoicismo para tener sus piernas nuevas, y Aaron no lo dejaba a sol ni a sombra.
-¿Crees que salga bien? -preguntó Kyle uno de esos dias, después que le habian sacado sangre paral todos sus análisis preoperatorios.
-Lo peor que puede pasar es que mi hermano se confunda y te haga una pierna más larga que la otra – se burló Aaron tratando de animarlo.
-¡El tio Caleb no se equivoca así que esa no cuela! -rio Kyle pero enseguida se puso pensativo. 2
-¿Qué pasa? -preguntó Aaron y el niño se le quedó mirando.
-Nada… es que ustedes están muy emocionados con esto, pero… ¿y si no sale bien? -murmuró- ¿Y si no puedo volver a caminar? 2
-Entonces tu tio Caleb te hará una silla mejor, un exoesqueleto, una nave espacial, pero de que vas a levantarte solo, te aseguro que lo vas a hacer -dijo Aaron acariciando su cabeza-. Pero no quiero que pienses que algo puede salir mal. ¿Por qué no me dices qué te preocupa de verdad?
El niño parecia preocupado y nervioso pero finalmente se encogió de hombros.
-Me gusta estar con ustedes. No sé qué va a pasar si las cosas salen bien… y tampoco sé qué va a pasar si las cosas salen mal.
Aaron respiro profundo. Conocia y entendía perfectamente aquel sentimiento porque él también había sido huérfano. Jamás se había sentido seguro, e incluso con Nina y Jake había dudado hasta el último segundo, hasta que habia visto su habitación en la casa de la familia.
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