Capítulo 1114
Raymond no lo negó e incluso estuvo a punto de encender su auto. Al ver esto, Michelle se detuvo para ablandar a Raymond
y
habló sin pensar como si estuviera humillada: “Raymond, ¿estás loco? Cindy pronto irá a la quiebra y es culpa de tu familia. ¿Crees que todavia le gustas?“.
Raymond simplemente cerró la ventana y pisó el acelerador.
Se alejó sin dudarlo. Michelle se puso roja de ira. Apretó las manos y le gritó al auto que desaparecía: “¡Raymond, tu familia arruinará la de ella! ¡Te odiará!“.
Desafortunadamente, Raymond no la escuchó en absoluto porque se había alejado mucho.
Incluso si lo hiciera, no le importaría.
El se iba a encargar de esta situación.
Raymond condujo hasta el edificio de Hood Medical Group y le dijo a la recepcionista su nombre, lo que la dejó atónita. Sin atreverse a descuidarlo, rápidamente marcó el número de teléfono de la oficina de Cindy.
Coco contestó el teléfono.
Coco también se quedó atónita al escuchar el nombre de Raymond. ¿Por qué el sucesor del Grupo Drake vino aqui en este
momento?
¿Estaba aqui para hablar de la adquisición?
Al pensar en esto, Coco colgó el teléfono rápidamente y se volvió hacia Cindy: “Sra. Hood, alguien del Grupo Drake quiere verla“.
Lo último que quería escuchar ahora era el Grupo Drake. Ella dijo con impaciencia: “No lo veré“.
“Pero ese es Raymond Drake“, agregó Coco.
Ella lo habría rechazado si él fuera solo un empleado, pero él era el sucesor del Grupo Drake.
Eso fue diferente.
“No lo haré. No“.
Ella no queria ver a nadie.
Especialmente los del Grupo Drake.
“Está bien, dejaré que se vaya“. Al ver que Cindy no se veía bien, Coco supo que estaba enojada y dejó de hablar.
Ella se fue sobre sus talones.
Cindy estaba más irritable y tomó el rotulador para hacer garabatos en el papel borrador. ¿Cómo se atrevia a venir aquí?
¿Estaba aquí para reírse de ella?
Anoche incluso se arrojó a sus brazos y casi tímidamente accedió a salir con él
Al pensar en esto, solo quería abofetearse a sí misma.
¡Que estupido!
Estaba tan enfadada que el boligrafo casi apuñaló el papel borrador.
En ese momento, la puerta de la oficina se abrió de repente. Aqui llegó la voz de Coco: “Sr. Drake, no puede irse… la Sra. Hood no quiere ver a nadie“.
Entonces llegó la rica voz de Raymond: “Ella no quiere verme, así que vengo a verla“. Cindy levantó la cara.
El hombre habia entrado.
Coco lo siguió, mirando avergonzada a Cindy: “Sra. Hood, no puedo detenerlo“.
Está bien. Sal por favor“. Cindy sabia que, dado que él estaba aqui, no había posibilidad de rechazarlo.
Comments
The readers' comments on the novel: Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)