Capítulo 1124
Al día siguiente, Sabrina se despertó al amanecer.
Se sentia cansada. Fernando seguia durmiendo.
Estaban un poco locos anoche.
Sabrina se sintió débil, así que llamó a Elena y le pidió que cuidara a los niños.
Pensando en los tres niños, especialmente en la hija menor, se sintió un poco culpable por dejarlos solos anoche.
Entonces, empujó a Fernando suavemente, “iFernando, levántate! ¡Vamos a casa!”
Fernando siempre odió que lo despertaran, pero no estaría enojado con Sabrina.
Abrió los ojos y miró a la ansiosa Sabrina. Susurró: “Es temprano. ¡Vamos a dormir un poco más!”
Sabrina comenzó a vestirse, “No volvimos anoche. Me preocupa Sherry.
“Ella lloró por mami?”
Al escuchar las palabras de Sabrina, Fernando se levantó. Sostuvo a Sabrina por detrás y la tranquilizó: “No tienes que sentirte culpable. Solo jugamos solos de vez en cuando“.
“Pero Sherry solo tiene unos meses. Necesita que me quede con ella“, dijo Sabrina.
Todavia estaba preocupada.
Fernando le acarició el cabello y dijo con paciencia: “No solo podemos pensar en ellos, también debemos vivir para nosotros mismos. Espero que te preocupes por mi. Debemos mantener nuestras vidas frescas“.
Fernando pensó que marido y mujer deberían coquetear apropiadamente.
“Elena y las niñeras se encargarán de los niños“.
Sabrina se calmó gradualmente. Ella asintió con un suspiro.
“¡Vamos, cariño, déjame abrazarte más!” Fernando abrazó a Sabrina. Luego, la presionó contra la cama y sus manos comenzaron a moverse salvajemente.
Sabrina quedó atrapada debajo del cuerpo de Fernando. Sabrina, al contemplar el hermoso rostro de Fernando, sintió un aumento del deseo lujurioso. Ella dijo gentilmente con un rubor en su rostro, “¡No muevas tus manos!”
“¡Bueno!” Fernando sonrió. Se acostó y abrazó a Sabrina con fuerza. Dijo en voz baja: “Cuidate cuando vaya al Estrecho Sur“.
“Lo haré.” Sabrina asintió. Luego, se giró para mirarlo, “Tienes que cuidarte. Te contactare con un enlace de video todos los dias‘.
Fernando sonrió de repente. Le acarició la mejilla a Sabrina, “¿De qué te preocupas?“.
‘INada! Pero quiero verte todos los días“. Sabrina miró a Fernando suavemente. Luego, se acercó a Fernando y lo besó en la mejilla. Ella susurro: “iTe amo!”
Al escuchar eso, Fernando sonrió satisfecho.
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