Capítulo 1179
Lilian estaba en el pasillo fuera de la sala de reuniones.
Stephan la habia sacado de alli. “Ese fue realmente un golpe duro“, pensó Lilian, frotándose el estómago que aún le dolía por la patada del hombre.
¿Quien era él?
Lilian pensó en su rostro. Ese hombre era guapo.
Era mucho mejor que Howard, su prometido.
Su estado de ánimo se arruinó de inmediato al pensar en ese hombre nebb.
Fue elegido por su padre para mantener vinculos políticos con los Charters.
Pero a ella no le gustaba en absoluto.
Preferiria irse a vivir a un convento que casarse con él.
Por eso habia planeado golpearlo esta noche en la sala de reuniones y alejarlo de su vida.
Todo habia ido bien excepto que habia obtenido información incorrecta sobre el horario de Howard.
El no apareció.
En cambio, estaba ese hombre apuesto y extraño
Lilian pensó por un momento y le preguntó a Stephen: “¿Quién era ese hombre en la sala de reuniones?”
-Señor Santander del Grupo Santander–respondió muy respetuosamente el ayudante-
“Oh“, dijo Lilian, retorciendo su cabello, “¿Está casado? Quiero que sea mi esposo si no lo está. No me voy a casar con Howard de todos modos“.
Jim no sabia qué decir. “Es su privacidad. No sé nada de eso todavia“, respondió finalmente.
Lilian entendió que él nunca se lo diria aunque lo supiera.
Él estaba del lado de su padre y ambos querian que ella se casara con Howard lo antes posible.
Fue tan molesto.
De todos modos, ella misma lo descubriría.
Con eso en mente, Lilian se animó y volvió a su habitación para cambiarse.
En la sala de reuniones, Fernando charló un rato con Alfred. No aclaró su posición, pero recibió la sonda de este último con algunos cumplidos y luego fue a la fiesta con él.
Alfred sabia que Fernando era algo.
Lo apreciaba y quería ganarse su favor. Pero debe tomarselo con calma.
Sabrina se levantó temprano a la mañana siguiente.
Necesitaba visitar al director de inteligencia del Grupo Santander.
Queria averiguar por qué Kellen habia desaparecido de repente.
Aquí estaba ella en la oficina de inteligencia, y el café se sirvió de inmediato. “Señora Santander, descubrí algo sobre el Sr. Lee que quería decirle hoy“, dijo David, el director, antes de que Sabrina preguntara algo.
Eso fue impresionante. “Le hablaré al Sr. Santander sobre usted, Sr. Alston“. Sabrina sonrió. Le gustaba su velocidad y franqueza.
David se sintió halagado: “Se lo agradezco, señora Santander“.
“Entonces, ¿qué encontraste sobre él?” Sabrina tomó su café y fue al grano.
“Se lo llevaron después de bajar del avión. Alguien lo ha estado ocultando a todos. Por eso pensamos que había desaparecido“.
Eso alivió la ansiedad de Sabrina. Kellen todavía estaba vivo al menos. “¿Arrebatado por quién?” Ella preguntó.
Necesitaba encontrarlo lo antes posible.
¿Y si esos secuestradores lo mataran?
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