Capítulo 399
Las invitadas miraban a Fernando con frecuencia, lo que ponía celosa a Pamela. Sabía que Fernando atraería la atención de los demás sin importar dónde estuviera.
<Look at these women’s faces.
Parece que nunca han visto a un hombre. ¡Dios, los odio!>
Pamela miró a las mujeres que miraban a Fernando. Cuando Samuel vio a Sabrina, recordó que Fernando le dio una fuerte patada en el Grupo Santander.
Samuel yació en la cama del hospital durante mucho tiempo debido a la patada.
Se vengaría de Sabrina.
Samuel pensó que era culpa de Sabrina.
Samuel miró a Sabrina con frialdad durante un rato. Al ver a Fernando, tembló instintivamente. Samuel le dijo a Pamela: “Fernando está aquí. ¿Arruinará nuestro plan?“.
“No te preocupes. Tenemos un hacker. No se enterará“. Pamela pensó que Samuel era un cobarde. ¿Puede controlar a un .hacker?
No creo que sea más inteligente que un hacker.>
“¿Eres estúpido? Fernando es inteligente. Incluso si tenemos un hacker, es posible que no estemos seguros. Estoy preocupado“. Samuel sabía que Fernando era peligroso.
Comprendió que no era fácil engañar a Fernando.
Samuel debe ser cauteloso.
“Samuel, ¿vas a rendirte?” Pamela se dio cuenta de que quería echarse atrás y frunció el ceño. Luego sonrió y dijo en voz baja: “Samuel, por favor, no te rindas a la mitad. ¿Olvidas que Sabrina te engañó?“.
“Debes dejar que ella pague por ello“.
Samuel estaba un poco inquieto, “No digo que quiera rendirme. Tengo miedo de que me atrapen. No tienes que preocuparte. Pero si me atrapan, estoy acabado“.
Samuel pensó que tal vez Fernando no trataría con una mujer, pero no perdonaría a un hombre.
“Samuel, ¿qué quieres decir? ¿Quieres dar marcha atrás?” Pamela dijo con disgusto.
<I’m ready for it. I’m waiting for the hacker to play the video on the screen.
Si Samuel se da por vencido, no puedo contactar al hacker.
Y me temo que Fernando se enterará. Tengo que animar a Samuel a que lo haga. Si Fernando se entera, puedo usar a Samuel como escudo.>
Pamela trató de persuadirlo y le dijo con voz dulce; “¿Vas a ser un cobarde? Entonces Sabrina será feliz. Te despreciará“.
“¡Eso es una mierda!” A Samuel no le gustaba que lo llamaran cobarde. Dijo con los dientes apretados: “No tienes que presionarme. Ya que te lo prometí, lo haré“.
“No lo haces por mí, sino por venganza“. Pamela se sintió aliviada y bromeó.
Comments
The readers' comments on the novel: Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)