Capítulo 458
Dentro de Alta Costura JK, la mayoria de los diseñadores fueron a comer al comedor del personal. Solo Javier todavia estaba
tratando de contactar a Sabrina.
Pero su teléfono seguia apagado.
Fernando bajó a JK y vio a Javier haciendo llamadas al lado del escritorio de Sabrina.
Esperó afuera en el pasillo y dejó que su asistente, Ramiro, revisara a Sabrina.
No se permitia ningún romance de oficina en la empresa y no podía hacer pública su relación con Sabrina.
Ramiro tomó el pedido y se acercó a Javier. Javier seguia haciendo llamadas. Ramiro miró el escritorio vacio de Sabrina y preguntó sin demora: “Sr. Hamilton, ino vino la Sra. Bracamonte
Javier se dio la vuelta y colgó la llamada primero, “No. Su teléfono también está apagado“.
“Sr. Linares, ¿tiene algo para ella?”
“Solo negocios“, dijo Ramiro con naturalidad.
Javier no dudó de sus palabras y dijo la verdad: “La llamé a su casa y nadie respondió. Su teléfono está apagado. Y ella no vino a trabajar esta mañana. No tengo idea de a dónde fue“.
“Está bien. Vendre a echar un vistazo más tarde“. Ramiro obtuvo la información que quería y se fue de inmediato.
Saliendo al corredor, Ramiro corrió y le dijo con respeto: “Señor Santander, la Sra. Bracamonte no está en la oficina. Parece que no vino a trabajar esta mañana. El Sr. Hamilton la llamó a su casa pero no“, uno respondió tampoco“.
“Ok, lo tengo.” Parecia que algo andaba mal.
Fernando miró por las ventanas con ojos preocupados y sacó su teléfono para llamar a Cindy.
Sabrina y Cindy eran mejores amigas. Y Cindy podría saber dónde estaba Sabrina.
Cuando llegó la llamada, Cindy estaba despierta, así que recibió la llamada. Pero no supo cómo decirle a Fernando anoche secuestraron a Sabrina.
“Señor Santander…, dijo Cindy con un poco de culpabilidad.
“Cindy, el teléfono de Sabrina está apagado y no vino a trabajar hoy. ¿Está contigo?”
que
Cindy se mordió los labios. Sabia que no podia ocultar la verdad, asi que dijo directamente: “Señor Santander, a Sabrina la
secuestraron anoche… Lo siento….
Fernando se congeló ante sus palabras. Luego frunció el ceño y dijo en voz baja: “¿Qué dijiste?”
“Sabrina fue secuestrada. Llamé a la policia pero aún no la han encontrado“. Cindy no pudo evitar llorar. “Lo siento, Sr. Santander. No pude proteger a Sabrina“.
“No llores. ¿Dónde estás ahora? Ya voy“. Fernando dijo con ojos oscuros.
“Estoy en el hospital.”
“Está bien, ya voy“.
Colgó el teléfono, Fernando se dirigió al elevador y le dijo a Ramiro al mismo tiempo: “Ve a buscar a alguien para que verifique que Sabrina está siendo secuestrada“.
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