Capítulo 546
“Me voy de viaje de negocios por unos días el fin de semana. Cuidate“. Fernando no tenía la intención de decirle el peligro del viaje a Fenteon. Planeaba decirle después de manejar todo.
“Oh, ta dónde vas?”
“Los secretos comerciales sellaron mis labios“. Fernando le pellizcó la cara y dijo suavemente.
Sabrina resopló, fingiendo mostrar su descontento. “¿En realidad?”
“Es un poco complicado. Si estás interesado, te lo diré más tarde“. Fernando retiró el dedo y miró su reloj. Estaba a punto de irse.
“¿Volvemos después de la cena?”
Sabrina estuvo de acuerdo. Hizo las maletas y dijo al levantarse: “¿Qué pasó con tu familia ayer? ¡Le pedí a Joaquín y a Carmen que se bañaran y se prepararan para un video contigo!
“Hace mucho tiempo que no te ven y te extrañan mucho“.
En cuanto a los dos niños, Fernando se sentía muy culpable por ellos. “Lo siento, algo salió mal anoche. Cuando me ocupe de eso, estaremos juntos para siempre“.
Sabrina asintió. Sus ojos brillaban con amor. Ella también quería estar con él toda su vida.
Pero no sabía si enfrentarían la presión de sus familias.
Cuando Sabrina salió con él de Alta Costura JK, no pudo evitar preguntarle: “Fernando, ide verdad quieres casarte conmigo?“.
“¡Por supuesto! ¿Por qué preguntar?” Fernando dijo.
“Elena y tu mamá… Parece que no pueden aceptarlo“. Sabrina suspiró levemente.
“No importa. Lo más importante es que nos amemos y estemos dispuestos a formar una familia“. Fernando nunca pensó en juzgar a su futura esposa por sus antecedentes familiares.
Su opinión era que reconocía a Sabrina y dedicaría todo su corazón a casarse con ella.
“Sabrina, aunque el matrimonio es un asunto de dos familias, se trata más de nosotros, ¿no es así? Mientras nos amemos, podemos enfrentar todas las dificultades juntos“, continuó Fernando.
Sabrina asintió en silencio. Estaba realmente conmovida.
Había sentido el amor sincero de Fernando por ella. Era un hombre digno de confianza.
Pero ella todavía dudaba en abortar al niño. Quería al niño pero no podía renunciar a su prometedora carrera.
“Fernando, ¿te gustan mucho los niños?” Sabrina miró hacia la puerta del ascensor y de repente le preguntó a Fernando a su
lado.
Fernando sonrió, “Mucho“. Cuando era soltero, no sabía lo que sus hijos podrían significar para
él.
Pero Joaquín y Carmen lo habían cambiado radicalmente, como una luz iluminando toda su vida.
Le trajeron la sensación de estar relacionado.
Además, sabía que tenía que asumir más responsabilidades como padre.
“Bueno… Parecia que le gustaban los niños.
Sabrina estaba en un dilema.
Comments
The readers' comments on the novel: Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)