Capítulo 773
Al escuchar lo que dijo Ansley, Fernando echó una mirada inquisitiva al contrato que ella tenía en la mano y el sello demostró que era el contrato que él había perdido. Pero no podía creer que Jase lo olvidaría.
Jase era un asociado senior experimentado y no habría cometido un error tan estúpido.
Fernando empezó a sospechar, pero fue una suerte que pudiera recuperar el contrato. Le agradeció a Ansley y dijo: “Está bien, devuélvemelo“,
Ansley obedeció y le entregó el contrato. Adiós, señor Santander
En este momento, se dio la vuelta y se torció el tobillo deliberadamente.
Sus tacones altos chocaron contra el suelo e hicieron un ruido chirriante.
Luego cayó pesadamente al suelo,
El dolor casi la mata y se estremeció involuntariamente.
Ella pagó un alto precio por quedarse con Fernando,
La herida del corte anterior pronto se curó.
Perode llevaría mucho más tiempo recuperarse del giro que se infligió a sí misma.
Tenía que soportar este dolor mortal,
O todos sus sufrimientos, incluidas las heridas en su muñeca, se desperdiciarían.
Pensando en esto, Ansley fingió criarse a sí misma, pero simplemente no pudo hacerlo y tuvo que pedir ayuda a Fernando. “Señor Santander, lo siento mucho, pero el dolor me mata. Espere un minuto y luego me puedo parar solo“.
Las lágrimas también corrían por su rostro.
“¿Te lastimaste el tobillo?” Fernando vio su tobillo hinchado y pareció que decía la verdad.
Volvió a fruncir el ceño. Aunque reacio a tocar a otras mujeres, Fernando tuvo que ayudar a Ansley a ponerse de pie.
“Lo siento.” Ansley se disculpó y el dolor en su tobillo se alivió mucho al instante.
Miró a los ojos de Fernando, embelesada.
“No quisiste lastimarte a ti mismo“. Miró su tobillo y se ofreció a ayudar. “Por favor, entre. Tengo hielo aquí“.
“Gracias, Sr. Santander“. Ansley asintió y se fue cojeando detrás de Fernando a la suite presidencial.
“Puedes descansar en el sofá“. Fernando señaló un lugar al lado de la ventana y caminó hacía la cocina.
Ansley se sentó en el sofá y lanzó una mirada melancólica al apuesto hombre que se inclinó para sacar el hielo de la nevera.
Fernando estaba vestido con un traje de negocios hoy, vestía una camisa blanca y pantalones negros.
Su cuello colgaba abierto y su corbata estaba suelta, lo que sin embargo no perjudicó su manera digna.
Por el contrario, se veía aún más encantador.
Babeando por su buen aspecto, Ansley sintió un golpe repentino en el latido de su corazón.
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