Capítulo 921
Fernando y Dan regresaron apresuradamente a la villa. No había nadie excepto el sirviente inconsciente que yacía en el piso de la luminosa sala de estar.
Gracie y Sabrina desaparecieron.
¿Se llevaron a Sabrina?
Los ojos de Fernando eran extremadamente fríos. Apretó las manos.
“Fernando, ¿recuerdas dónde está su base militar?” Dan miró a Fernando y supo que estaba furioso.
Dan pensó por un momento y preguntó.
Fernando se recuperó, pero sus ojos seguían fríos.
“He estado allí una vez antes, pero no sé si han cambiado su base después de tantos años“. <They have done too many bad things. No matter how rich they are, they have to hide.
No puedo asegurarme de que sigan en el mismo lugar después de muchos años.
¿Es posible que ocultaran sus crímenes?
Hay muchos factores desestabilizadores en Salmia.>
Fernando no tenía ni idea.
“¿Por qué no vas a su base a buscarlos? Y le preguntaré al hombre que atrapamos dónde están ahora“. añadió Dan.
Fernando asintió y estaba extremadamente agitado.
Theo era más vicioso que la otra organización. Tenía miedo de que Sabrina saliera herida.
Los ojos de Fernando estaban fríos y su rostro tenso. Se sentó en el sofá, se llevó las manos a las cejas y dijo con tono arrepentido: “Dan, debería insistir en pedirle que se vaya a casa esta tarde.
“Pero mi corazón se derritió cuando ella actuó en mezquindad“.
Fernando no podía soportar el encanto de Sabrina.
Dan bajó la mirada y caminó hacia Fernando: “Fernando, no es el momento de culparte a ti mismo. Esperamos que Sabrina y Gracie estén bien.
“Y han estado en la isla por un tiempo, pero no toman medidas. ¿Sabes por qué?”
Fernando miró a Dan y dijo: “¿Quieres decir…?”
“Saben que estás en la isla. No quieren ofenderte“. Dan analizó: “Creo que Sabrina está a salvo. Pero no sabemos si se fue con Gracie o si se la llevaron“.
Espero que se haya ofrecido a ir con Gracie.
“No te culpes ni te enojes ahora. Apresurémonos a encontrar su base y salvar a Sabrina y Gracie“.
Dan era razonable. Fernando se fue calmando poco a poco.
Fernando se levantó de repente del sofá y le dijo a Ramiro: “Trae a ese hombre aquí. Lo quiero interrogar“.
Comments
The readers' comments on the novel: Nunca Mueren Los Deseos (Sabrina y Fernando)