Capítulo 994
Después de entrar, Raymond también cerró la puerta.
Su apariencia y lo que hizo molesto a Cindy. Su rostro se estaba poniendo rojo de rabia. Cerró el grifo y dijo con frialdad: “¿Qué diablos estás haciendo, Raymond? ¿No sabes que este baño está ocupado por una dama?
“Eres un profesor universitario. ¿Cómo pudiste irrumpir en el baño de damas? ¡Qué vergüenza, pervertido!”
De alguna manera, Raymond se sintió feliz cuando la escuchó regañar.
¿Qué estaba mal con él? ¿Era masoquista?
Decidió hacer la vista gorda cuando Cindy lo persiguió. Era el turno de Cindy de ignorarlo, pero Raymond no queria dejarlo
“¿Qué? ¿Por qué me miras asi? Déjame decirte que mis padres y mi novio están todos en este avión. ¡No te atrevas a hacerme nada!” Cindy continuó.
Raymond todavia no dijo nada al respecto. Mantuvo la calma y miró a Cindy a los ojos, “No te comprometas con Dexter. Rompe con él“.
Cindy se quedó atónita por un segundo cuando escuchó lo que dijo, y luego se burló: “Disculpe, ¿quién diablos se cree que es? ¡No se meta en mis asuntos!“.
Después de decir eso, extendió la mano para agarrar el pomo de la puerta, “Muévete. O gritaré“.
Sin embargo, Raymond le bloqueó el camino y la agarró de la mano. El la presionó contra la puerta y susurró: “Quiero decir lo que dije, Cindy. Él no es la persona adecuada para ti.
“Puedo decir si él es adecuado para mi o no. Raymond Drake, ocupate de tus propios asuntos. Cindy estaba enojada. Estaba
demasiado cerca de ella.
Pero él no era su novio ni nada.
¿Cómo se atrevia a hacerle eso?
¿Cómo es que ella no pudo descubrir que él era un hombre dominante? “¡Sueltame! ¡Me duele!”
“Lo digo en serio, Cindy. Me preocupo por ti“. Raymond aflojó su agarre, pero aún así no soltó su mano.
“Muchas gracias. Si realmente te preocupas por mi, imuévete y déjame salir!” Cindy luchó, pero aun así, no podia sacudirse la mano de Raymond.
“Haz lo que te digo y te dejaré salir“. Raymond no había tenido suficiente experiencia persiguiendo a una chica.
Todo en lo que podía pensar era en hacer algo que creía que era bueno para ella.
Pero, por supuesto, Cindy no haría lo que dijo. ¿Quién diablos era él? ¿No estaba ya con Michelle?
Cindy se mordió los labios, tratando de pedir ayuda a gritos, “Alguien, ayuda…”
Pero antes de que terminara sus palabras, Raymond de repente bajó la cabeza y selló sus labios con los de él.
Su beso se tragó las palabras de Cindy y la hizo incapaz de hacer ningún sonido de nuevo,
Raymond no bebió esta vez.
Su beso no tenía un olor fuerte y acre a alcohol como la última vez, en cambio, sabia más a agua de manantial. Él la besó fuerte y suavemente.
Cindy estaba abrumada por su beso.
Trató de girar la cabeza para esquivar su beso, pero Raymond sabía lo que estaba pensando. Así que le pellizcó la barbilla y la besó más, haciendo que Cindy no tuviera forma de escapar.
Cindy no podía sentir su aliento en absoluto. Todo lo que podia sentir era sólo su beso.
Ella era incapaz de pensar.
Le gustaba, pero no quería que le gustara más.
Eso explicaba por qué no sintió que su corazón se aceleraba cuando él la besó.
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