Capítulo 288
En ese momento, Helen presenció al hombre que amaba aplicar respiracion de boca a boca a Anastasia y llamar su nombre de forma constante. La preocupación y el panico en sus ojos mostraban cuánto le importaba. Mientras tanto, Erica estaba confundida por todo esto.
«De acuerdo con su plan, Elías debía rescatar a Helen. ¿Por qué está salvando a Anastasia entonces?».
Anastasia recuperó la consciencia después de un rato. Lo primero que vio fue el rostro atractivo, aunque nervioso, de Elias.
-Al fin despertarse.
Los dedos de Elías temblaron mientras acariciaba la cara fría y pálida de Anastasia. Al mismo tiempo, sus ojos se llenaron de júbilo. Una ronda de aplausos estalló de la multitud. Las dos jóvenes que habían caído al agua habían sido rescatadas y eso era una buena noticia por sí solo,
Mientras tanto, alguien en la multitud veia la escena con emociones encontradas. El hombre noble y atractivo se hallaba hincado en el piso y empapado hasta la médula, pero estaba más que contento de haber salvado a Anastasia. Ella se paró y Elías la cubrió con su cuerpo. En ese momento, Anastasia levantó su mirada para encontrarse con el odio que brillaba en los ojos de Helen.
Anastasia apartó a Elías y comenzó a caminar mientras se tambaleaba. Sin mucha fuerza, se acercó a Helen, paso a paso, con persistencia. Entonces, levantó su mano y le lanzó una fuerte cachetada que la empujó por completo. Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras levantaba su cabeza y decía:
-Lo siento, Anastasia. Estoy consciente de que intentaste salvarme, pero sabes que me aterra el agua. No era mi intención que te hundieras conmigo.
Después de decir eso, Helen le hizo una señal a Érica usando sus ojos llenos de lágrimas. Ella la entendió y se abrió paso entre la multitud para preguntar:
-Helen, ¿estás bien? ¿Te lastimaste? -Después, se giró hacia Anastasia y la confronto. -Vi con mis propios ojos que la empujaste y, aun así, tienes la audacia de golpearla. ¿No tienes corazón? – regañó.
-No culpes a Anastasia de esto, Érica. Yo fui la que cayó por accidente al agua -dijo Helen, llorando.
-Señoras, ¿podrían contar lo que pasó? ¿Por Helen? ¿No vieron que Anastasia la empujo? -pidió Érica a las dos invitadas que presenciaron el incidente, esperando que testificaran.
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