Capítulo 29
Anastasia quedó atónita luego de tomar ver el título para leerlo. También estaba pasmada por el hecho de que su padre le haya comprado una casa para ella, pues nunca lo había puesto a discusión con ella antes de realizar la compra.
–No te hagas la que no sabes, Anastasia. El titulo aquí está, no puedes negarlo!–Érica señaló con su dedo mientras gritaba.
– iNo lo estoy! Sí, papá me compró una casa, ¿y qué? Tienes problema con eso?–preguntó Anastasia al levantar una ceja.
–El dinero de tu padre pertenece a toda la familia y también tiene que pedirme permiso y de Érica antes de comprar una casa. La mitad de la casa le pertenece a Érica–exclamó Noemí para pelear por el privilegio de su hija.
Anastasia lo consideró una ridiculez y observó a Noemí.
––Esta propiedad está bajo mi nombre, así que ¿cómo le daré la mitad a tu hija?
–Entonces le diré a tu padre que me compre una también o que me dé 8 millones–dijo Érica con soberbia.
– iEntonces ve y pregúntale! ¿Por qué venir a mi oficina?–Anastasia usó una expresión soberbia al hablar.
–Anastasia, he venido a darte una advertencia. Si sigues pidiéndole a tu padre que te compre cosas y que te dé dinero a mis espaldas, me divorciaré de él. Tú serás la responsable de nuestro divorcio cuando pase.—Noemí lanzó su amenaza.
CITT
Anastasia sonrió en son burlón.
–Si es así, recuerda avisarme cuando vayas a hacerlo. Sabré cuando encontrar otra mujer para mi padre y te aseguro que será mejor que tú.
–Tú… –––Noemí estaba tan molesta que parecía que iba a estallar.
Érica también tenia una expresión de desagrado.
–––Anastasia, voy a hacer que pierdas tu trabajo ahora.
– ¿Qué planeas hacer?––preguntó al arquear sus cejas.
– iLe diré a todos que tienes un hijo bastardo, el cual tuviste de un amorío!–Érica habló en voz alta intentando arruinar su reputación.
Anastasia río.
Mientras Erica hablaba con ánimos, alguien apareció detrás de ella. En seguida, alguien tomó el hombro de la joven y le tendió una bofetada en su cara. Fue nada más y nada menos que Anastasia. Ya tuvo suficiente de las tonterias de su hermana durante estos cinco años. No podía soportarlo más, en especial cuando escuchó a Erica llamar a su hijo un bastardo; fue entonces cuando Anastasia perdió razón de si.
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