Capítulo 335
-Sí, lo haré. No importa cuánto cueste -dijo Helen con una mirada de determinación.
«Haría lo que sea por la belleza, por Elías y por el estatus de ser la señora Palomares
Al notar su determinación, el doctor asintió y accedió.
Mientras tanto, de vuelta en el país, Alma encontró una excusa para tocar la puerta de Elias. Planeaba invitarlo a cenar esa noche, pues desafortunadamente, el rumor entre ellos se había desmentido. Todos sabían que Elías solo le importó Anastasia en la fiesta de bienvenida. Por ello, el personal del Departamento de Diseño había divulgado la noticia en la empresa a primera hora y todos dejaron de hablar sobre ello.
-Pase – dijo Elías desde su oficina.
Alma abrió la puerta y entró con una sonrisa brillante.
-¿Estás ocupado, Elías?
—¿Necesitas algo? -preguntó Elías mientras cerraba la laptop.
-¿Estás libre para cenar esta noche? Quiero preguntarte algo.
-No estoy disponible para cenar. Si tienes preguntas, hazlas ahora, por favor -rechazó Elías con amabilidad.
—¿Tienes algo importante que hacer esta noche, Elías? -preguntó Alma, luciendo un poco agraviada.
Por supuesto, Elías tenía cosas importantes que hacer esa noche. Ya había pasado algunos días sin ver a Alejandro, así que acompañaría a Anastasia a recogerlo de la escuela por la tarde y después cenar en casa de ella.
-Sí. Tengo cosas importantes que hacer -dijo Elías después de asentir.
Alma podía notar que seguro era algo relacionado con Anastasia, pues nadie podía influir en el lugar de Anastasia en el corazón de Elías.
-Olvídalo. Está bien – dijo Alma, luciendo decaído apropósito para llamar su atención.
-Si se trata de trabajo, puedes preguntarle a la directora Espinosa. Ella te ayudará – dijo Elias y luego observó su reloj-. Puedes retirarte, Alma.
Comments
The readers' comments on the novel: ¿Tuvimos un hijo