Capítulo 340
-Tú eres la madre de este niño, ¿cierto? ¡Ven aquí y arregla este problema! iFirma la solicitud para sacarlo de la escuela! – La mujer alzó su voz mientras se acercaba a Anastasia con agresividad, sin siquiera darle oportunidad de refutar.
– ¿Por qué debería sacar a mi hijo de la escuela? iFue su hijo quien molestó a los demás! – respondió Anastasia con frialdad mientras se levantaba.
Antes de que Anastasia llegara, la mujer ya había investigado sobre ella a través de la maestra. Ya que Anastasia no tenía un trasfondo político ni posición social, ella la menospreciaba como si solo fuera una oficinista.
-¿Qué? ¿Cómo te atreves a hablarme así?! Aunque no lo creas, puedo hacer que echen a tu hijo en este momento – dijo la mujer con una expresión engreida-. Su hijo es un entrometido e hirió al mío. No se pueden ir hasta que nos compensen.
-Confío en Alejandro. Él no golpearía a nadie sin motivo -dijo Anastasia y luego camino hacia la directora Medina-. Quiero enterarme de toda la verdad, directora Medina. Si no me equivoco, la escuela tiene cámaras de seguridad y me gustaría ver el video del incidente.
-Ya nos estamos encargando de ello, señorita Torres. Tenga paciencia, por favor. Cuando tengamos el resultado, se lo comunicaré. Por ahora, lleve a Alejandro a casa, por favor.
La directora, quien estaba en sus cuarentas, intentó consolar a Anastasia, pues era evidente que ella no estaba dispuesta a empeorar la situación. La otra mujer se burló detrás de Anastasia después de escuchar a la directora.
-¿Escuchaste eso? Vete y espera el resultado. Al mismo tiempo, te enviaré las facturas médicas — dijo la mujer con desdén.
-Tienes que hacer que echen a Alejandro de la escuela, mamá. Lo odio y ya no quiero verlo.
El niño que atacó a Alejandro cruzó sus brazos y rebosaba arrogancia. No era sorpresa que su carácter fuera tan altivo como el de su madre. Alejandro, quien estaba parado a un lado de Elias, puso una expresión seria al instante y alzó su mentón para refutar:
-Yo también te odio y tampoco quiero verte.
El niño regordete hizo una mueca hacia Alejandro y gruñó:
– iSolo espera y verás! iMi papá va a echarte de la escuela!
Al ver esto, Anastasia parpadeó y se quedó sin palabras. En ese momento, una voz profunda sono a un lado de Alejandro.
-No te van a expulsar de la escuela, Alejandro. No mientras yo esté aquí.
Luego de eso, Alejandro sintió más seguridad gracias a las palabras de apoyo de Elias y le lanzó
una mirada al niño regordete para decir:
Comments
The readers' comments on the novel: ¿Tuvimos un hijo