Capítulo 362
Mientras que iban de camino, Elias y sus hombres seguian la información y direcciones que les daban los guardaespaldas que estaban rastreando a Anastasia y sus secuestradores. Justo en ese momento, todo lo que podia hacer Elias era orar para que ella regresara a salvo. El pensamiento de lo que aquellos secuestradores podían hacerle, mientras que ella yacia recostada sin poder hacer algo al respecto en el auto, les trajeron un brillo amenazante a sus ojos y no deseaba nada más que atrapar a esa camioneta y matar a aquellos secuestradores con sus propias manos. Aunque iban acelerando a toda velocidad, el sentia que iban demasiado lento; si Raúl se atrevia a tocar un solo pelo de Anastasia, juró que los mandaria a todos al infierno. En breve, Anastasia estaba recuperando la conciencia con lentitud, al mismo tiempo que estaba recostada en el suelo de una casa abandonada de por ahí; le pusieron un saco de tela en la cabeza y no podia ver nada más que la oscuridad, aunque si logró escuchar el sonido de los pasos y de la gente hablando alrededor de ella. Anastasia luchó para liberarse de sus restricciones al mismo tiempo que dejaba salir gritos ahogados.
-iMmm!
–Deje de pelear, señorita Torres, no existe manera en la que pueda salir con vida de aquí -dijo una voz curtida y masculina. Por alguna razón, se le hacía en extremo conocida, pero no podía dar con la cara correspondiente-. Eres igual que tu madre, luchando por morir en mis manos
-dijo arrastrando las palabras una voz masculina que se acercó a su oreja; al escuchar eso, ella se congeló.
«¿Mi madre? ¿Por qué este hombre mencionaría a mi madre de repente? ¿Quién es él? A juzgar por sus palabras, el bien pudo haber sido el asesino de mi madre todos estos años. ¿Quién es él? ¿Quién diablos es el?», dichos pensamientos abrumaron su cabeza al igual que el pánico y la adrenalina, así que el hombre habló una vez más.
Le gustaria saber más sobre su madre antes de que muera, señorita Torres? La verdad es que ella hubiera podido escapar de la muerte en aquellos años –comentó con un tono simpático y de burla-. ¿Sabe quién mató a su madre en realidad? -añadió. Anastasia seguia temblando de miedo, pero cuando escuchó eso, su temor se entremezcló con curiosidad; se dio cuenta de que estaba desesperada por saber la verdad sobre la muerte de su madre-. iLa persona que en realidad mató a su madre no es nada más y nada menos que la señora Palomares! -exclamó el hombre con malas intenciones y con una voz más fuerte y clara. Aunque ella tenía un saco que le cubría la cabeza, ella siguió batallando para moverse después de escuchar eso, indicando así que se rehusaba a creerle.
-Somos escépticos, ¿verdad? ija! Bueno, idéjeme explicarle con exactitud lo que ella hizo cuando descubrió que su nieto fue secuestrado!-explayó el hombre con frialdad y crueldad.
– La señora Palomares llamó de manera personal al alcalde y le dijo que, si no salvaban a su nieto y lo dejaban morir, ella paralizaría por completo el mercado de valores. Dado el poder del Corporativo Palomares, ella podía con facilidad paralizar la economia de la nación entera si lo quisiera, así que, amenazó al alcalde y exigió que trajeran a su nieto de regreso con vida. Como se esperaba, el alcalde se tomó las amenazas con seriedad y con prontitud, llamó a las oficinas centrales de la policia. Sin atreverse a perder el tiempo, la estación despachó a todos los oficiales uniformados y ordenaron traer a Elías de regreso con vida sin importar qué. Resultó que su
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