Y me doy cuenta, que en su casa, con sus hermanos, parece contenta y eso hace iluminar mi corazón y veo como uno de los chicos se asoma y me ve nervioso. Supongo que en algún momento voy a tener que explicarlo, aunque no va a ser ahora.
Me quedo un buen tiempo ahí, pensando en cómo sería la casa de mi mate. Hasta que regreso al hotel, derrotado y me encuentro con que David me espera.
—Algo está pasando y necesito que me expliques qué es... sí sí yo sé que tú eres el alfa y yo soy un simple beta… pero yo estoy aquí para ayudarte y apoyarte y no puedo hacerlo si no me dices qué es lo que sucede. Sin contar que también soy tu amigo— dice.
Yo camino a un lado a otro de la habitación sosteniendo la camisa en mis manos y oliéndola de vez en cuando. Huele maravillosamente a ella y es lo único que me calma y solo de pensar que en unas pocas horas desaparecerá su perfume… me desespero.
—¿Tiene que ver con Marco y las cosas que está diciendo? ¿Es por el tema de los humanos? ¿Connor sigue desesperado por tener a su mate? Sé que puede tardar, pero yo creo que...
—Encontré a mi mate— le digo de sopetón y veo como su cara se ilumina
—¿Tu mate destinada? ¿De verdad? ¡Es maravilloso Sebastián!— dice y su expresión es tan feliz que me da pena tener que destruir sus esperanzas inmediatamente, antes que esto pase a mayores.
—Ella es humana David... más específicamente… ella es Tatiana— digo y veo como su cara se va cayendo poco a poco.
Inclusive se sienta en la cama tapándose la cara con las manos. No puedo decir que la reacción me extraña, aunque si bien me desagrada que otra piense que ella no es la adecuada, aun cuando yo lo pienso, ¿tiene sentido?
—¿Y dejaste que Marco la tratará así? Yo mismo me sentí apenado y avergonzado— me decía él.
—Con mucho esfuerzo y cobardía, si…pero ya lo escuchaste, él mismo ya me ha dicho que el que ande con humanos es un traidor—
—Eso no puede suceder..— dice ahora David molesto.
—Intenté rechazarla, pero no pude... — digo.
—¿Rechazarla? ¿Estás loco?— pregunta de repente molesto.
—David…tú y yo sabemos que ella no puede ser la Luna de nuestra manada, que todos la van a odiar y que inclusive mi propia posición puede quedar en peligro…— le digo y él me observa.
—Es tu mate destinado Sebastián… eso no es cualquier cosa…— dice el muy seguro y me asombra su actitud. Pensé que iba a convencerme de que la rechazara inmediatamente.
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