[Quentin]
Suena la alarma, la pago, me levanto de la cama y voy hacia el armario para tomar la ropa deportiva y bajar al gimnasio a hacer ejercicio, hoy tocan burpiees así que mientras escucho las noticias financieras, nacionales e internacionales me dedico a salta, caer sobre mis brazos hacer una lagartija y volver a subir. Parece ser que los festejos de Navidad me han pasado cuenta porque me siento más pesado, pero no me puedo resistir a la deliciosa comida que Isabel me hace.
Termino de hacer solo setenta de los cien que siempre hago, nada mal, creo yo, así que antes de que empiecen las noticias de espectáculos salgo del gimnasio y me preparo para mi día. Esta vez no reviso correos ni los mensajes de Vivianne, si no que llamo inmediatamente a Isabel que ha pasado lejos de mí por motivos familiares.
—Buenos días corazón.— Le digo alegre al escuchar su voz.
—Buenos días ¿cómo amaneciste?
—Extrañándote, dime qué hoy nos podremos ver.
—Sí, pero tendrás que venir a mi casa, recuerda que termino de empacar hoy y me mudaré al edificio de atrás.
—Cierto.—Contesto un poco desilusionado ya que no me gusta la idea de que Isa haya tenido que dejar su casa para poner su cocina.
—Si quieres puedo ir al piso cuando termine de mudarme ¿te parece?
—No, no... iré, además tenemos que hablar lo del baile ¿recuerdas? Quiero llevarte a que escojas un vestido y nada de "llevaré el de la cita" como me lo mencionaste días atrás.
—Uffff "Sí debo..." — Bromea y cuando lo hace puedo imaginar su sonrisa.
—Iré a trabajar corazón.
—Tu delicioso desayuno te espera en la oficina.— Me comenta.
Abro la puerta de mi habitación y comienzo a escoger la ropa que me pondré en este día. Debo admitir que ahora que renové mi guardarropa todo se ve mejor en mí y que Isabel tiene muy buen gusto, aunque esa camisa de cuadros aún no encuentro como combinarla.
—Te dejo corazón, pero te mando un recuerdo para que no me olvides.— Le comento pícaro.— Y me tomo un foto frente al espejo y se la envío.
—¡Quentin! — Escucho su voz avergonzada del otro lado al ver la foto provocativa.
—De nada... nos vemos, te quiero.
Entro a la ducha y después de moderar el agua me doy una ducha rápida. Salgo, me veo en el espejo, arreglo mi barba, mi cabello y voy a vestirme de inmediato. Tomo mi móvil y mi cartera para salir de mi piso e ir directo a la oficina como todas las mañanas. Debo admitir que aunque parezca que mi rutina sigue igual, no es así, ahora me fijo más en los detalles, me apresuro en todo que tengo que hacer para poder ir con Isa y he decidido dejar mis fines de semana libres para ella, aunque eso signifique pasar coartando papas en su oficina, o haciendo las compras, sólo en tenerla al lado es la gloria para mi.
Subo en el elevador y al abrir las puertas Vivianne me espera como siempre con una sonrisa y con un semblante más descansado.
—Buenos días Señor Valois.
—Buenos días Vivianne. — Contesto sonriente.
—Su té de manzanilla esta sobre su escritorio, hemos confirmado todas las invitaciones para la fiesta del próximo fin de semana, hoy tiene una video llamada con el señor Del Moral, una junta con el abogado de la empresa y como me ha pedido he limpiado su agenda después de la comida.
—Gracias Vivianne.
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