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Enamorándome de mi esposa provisoria novel Chapter 39

Capítulo 39

No iba a pensar en cuando iba a volver Samuel a casa, y se negaba a preocuparse por ello.

En su lugar, planificó su agenda para el dia antes de recuperar el sueño.

El sentimiento en su corazón no era de tristeza, ni de dolor.

Todo lo que sentia era adormecimiento.

No importaba que ella armara un alboroto o hiciera berrinches, Samuel seguiria optando por llevar a Nicolette de vuelta.

En ultima instancia, a los ojos de Samuel, ella era inucho más importante que Kathleen. Eso es algo que debería haber entendido desde el principio. La unica razón por la que le había dado un mes de plazo era que estaba dando largas.

Por otro lado, Samuel había llevado a Nicolette de vuelta al hospital, pero a ella le preocupaba que volviera con Kathleen. Sinceramente, empezaba a tener la sensación de que ya no tenia el control absoluto sobre su corazón. Le preocupaba que si se soltaba un solo segundo, él se iria para siempre.

Samuel y Kathleen llevaban tres años casados.

Ya habia intimado con ella.

Nicolette había realizado un trabajo de detective por su cuenta y descubrió que los sirvientes de su casa decian que él estaba enamorado de Kathleen. No sabía si se referían al cuerpo o al alma de Kathleen, pero no podia aceptarlo a pesar de todo.

-¿Te vas, Samuel? – La cara de Nicolette se crispaba mientras lloraba.

-Voy a buscar al médico -explicó–. Arreglate bien. No quiero que te resfries.

– No necesito un médico, Samuel. Te necesito a ti. -Ella rodeo su cintura con los brazos y gimio-: No voy a vivir mucho tiempo sin médula ósea, Samuel. ¿No puedes apiadarte de mi y quedarte conmigo un poco más?

La mirada en el apuesto rostro de Samuel era excepcionalmente sombria.

-No te dejaré morir.

– Pero Kathleen dijo que nunca me donaría su médula ósea-se quejó-.¿No está satisfecha con haber sido tu esposa durante los últimos tres anos? Todo lo que tenemos que hacer es darle más dinero después del divorcio. Si me odia, me arrodillaré y le pedire perdón. Haré lo que sea.

-Calmate-dijo Samuel en voz bajar. Te dije que pensaria en algo.

Sus ojos brillaron con lágrimas.

-Pero dijiste que tendrias una solución en tres dias. Ya han pasado tres días, ¿no es asi?

-Lo sé -murmuro. Sólo recuéstate.

Tras decir esto, se dio la vuelta para marcharse,

Nicolette se mordió el labio. ¿Cómo puede ser esto? ¿En qué demonios está pensando Samuel?

Mientras tanto, Samuel fue de la sala a la consulta del médico.

Dio la casualidad de que el medico estaba de guardia en ese momento.

-Que curre, senor Macari? – preguntó sorprendido.

— Nicolette sc escapó en medio de la noche. ¿Lo sabian? – preguntó con una mueca.

Eso sacudió al medico hasta el fondo.

-¿Que?¡Traere a alguien para que la busque de inmediato!

– Ya la he recuperado. -La mirada de Samuel era hostil-. Estoy seguro de que sabes por qué hice que Nicolette se quedara aquí.

Sintiendose confuso, el médico respondió:

-Si, lo sé.

-¿Cómo han sido los últimos tres dias? ¿Has encontrado otro donante de médula ósea adecuado? -Samuel fue al grano.

-Si. Hemos encontrado una, pero está embarazada en este momento. No podrá donar por el momento – murmuro el médico.

«¿Embarazada?»

-¿Cuando va a dar a luz? – preguntó Samuel con frialdad.

-En otros tres o cuatro meses por lo menos. Pero eso no significa que pueda donar de inmediato. Tampoco podrà donar durante el periodo de lactancia -explica el medico.

El aire alrededor de Samuel estaba helado.

-Solo dime cuánto tiempo tenemos que esperar.

-Al menos un ano -respondió el médico.

-¿Cuánto tiempo le queda de vida a Nicolette? – preguntó Samuel.

El medico respondio tranquilamente:

-Medio ano.

Sin embargo, la mirada de Samuel le dio un susto, asi que rapido añadio:

– Naturalmente, si la senora Yoeger coopera con el tratamiento, podrá vivir un poco mas.

En un tono frigido, Samuel le dijo:

-¿Qué tal la quimioterapia de manana?

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