Capítulo 153
La mente de Thiago era un completo caos. El repentino teatro de Romeo lo había dejado aturdido, sin capacidad de reacción. Jamás había presenciado una manipulación tan hábil como aquella. Las acusaciones mezclaban verdades con mentiras estudiadas, y Thiago, criado bajo principios estrictos de honestidad, se encontraba paralizado ante el dilema moral que se desplegaba frente a él.
La incertidumbre que ensombrecía el rostro del pequeño resultaba tan transparente que nadie podía ignorarla. Sabrina, quien conocía cada gesto y expresión de su hijo, detectó de inmediato que las palabras de Romeo contenían verdad. Su intuición maternal confirmó la traición.
Sin poder contenerse, Sabrina cruzó el rostro de Araceli con una bofetada contundente.
-¡Paf!
Araceli se desplomó sobre el suelo mientras su mejilla pálida se inflamaba visiblemente.
-¡¿Cómo te atreves a ponerme una mano encima?! -chilló Araceli cubriéndose el rostro.
-¡Por supuesto que me atrevo! ¡Inténtalo de nuevo con cualquier niño! -respondió Sabrina con ojos que refulgían como cristales afilados.
Sabrina siempre había mantenido la postura de que en una infidelidad, la mayor culpa recaía sobre el hombre que traicionaba, mientras que la amante solo representaba la tentación externa. Por ello, aunque despreciaba profundamente a Araceli, nunca había contemplado lastimarla físicamente.
Había tolerado que Araceli manipulara a Thiago e incluso que lo malcriara, permitiéndolo porque tanto el niño como su padre parecían compartir esa debilidad por el supuesto “amor verdadero“. Pero ahora Araceli había cruzado un límite imperdonable al intentar dañar a un niño inocente, algo que Sabrina jamás permitiría. ¿En serio Araceli pensaba que podía tratarla como a una simple marioneta?
Araceli, quien durante años había vivido cómodamente en el país bajo la protección constante de André y Fabián Guerrero, nunca había experimentado semejante humillación pública. La ira la consumió instantáneamente y, rechinando los dientes, se lanzó contra Sabrina.
-¡Te voy a matar, Sabrina!
Sabrina esbozó una sonrisa cargada de desdén, sujetó con firmeza la muñeca de Araceli y se preparó para asestarle otro golpe.
De pronto, sintió que su propia muñeca quedaba inmovilizada por un agarre poderoso.
-Ya basta, Sabrina -ordenó André con voz grave y cortante.
Aprovechando la intervención de André, Araceli se liberó del control de Sabrina y le devolvió la bofetada con violencia. Sabrina, imposibilitada por el agarre de André, recibió el impacto sin poder defenderse.
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Capitulo 153
-Detente, Araceli -advirtió André con un sutil cambio en su mirada.
Pero Araceli, completamente dominada por la furia, no escuchó razones. Se abalanzó sobre Sabrina, atacándola con rasguños y golpes frenéticos. Sabrina, lejos de defenderse, esperó calculadoramente y, en un movimiento preciso, atrapó la larga cabellera de Araceli, jalándola con fuerza demoledora.
-¡Ah! -un alarido agudo perforó el ambiente.
Araceli arañaba desesperadamente la mano de Sabrina, pero ésta parecía inmune al dolor y mantenía su agarre implacable. Con una mano firmemente enredada en el cabello de Araceli y la otra atrapada por André, Sabrina encontró otra forma de atacar. Sus ojos gélidos se enfocaron mientras asestaba una patada certera en la rodilla de su rival.
Un nuevo grito desgarró el aire cuando Araceli, incapaz de sostenerse, se desplomó de rodillas. La diferencia en habilidades de combate entre ambas era abismal. Sin la intervención de André, Araceli habría sido completamente sometida.
André, al observar cómo escalaba la situación, frunció el ceño y estaba por sujetar la otra mano de Sabrina cuando una mano elegante y pálida se interpuso en su camino.
-Señor Carvalho, no es propio que un caballero intervenga en conflictos femeninos -pronunció una voz masculina con cadencia magnética y calculada serenidad-. Además, está ayudando a una extraña contra su propia esposa. ¿Realmente considera que eso es lo apropiado? -¡Papá, viniste! -exclamó Romeo con ojos brillantes.
Gabriel Castillo lanzó una mirada evaluadora apenas perceptible hacia las maestras del jardín y hacia Araceli.
-De no haber llegado, cualquier alimaña habría podido lastimar a mi hijo.
Capitulo 154
-¿Verdad, señor Carvalho? ¿No piensa defender a Sabrina? Esta señora ha distorsionado completamente lo que hicimos para ayudar, acusándonos de querer hacer daño. Dijo que usted no deseaba que Thiago y Sabrina se llevaran bien, y que por eso le mentía constantemente a Thiago. Ahora entiendo por qué la relación entre Sabrina y Thiago es tan complicada -dirigió su mirada hacia Araceli-. Es esta señora quien siempre está llenando la cabeza de Thiago con mentiras.
La mirada de André se oscureció mientras observaba a Thiago con la agudeza de un depredador. El niño bajó la cabeza, incapaz de sostener la intensidad de aquellos ojos.
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