La Guerra de una Madre Traicionada novel Chapter 160

Capítulo 160

Thiago experimentaba una vaga inquietud, como si algo estuviera fundamentalmente mal, aunque no lograba precisar qué. Sin embargo, una certeza se afirmaba en su interior: no deseaba que sus padres se divorciaran. A pesar del afecto que sentía por la señora Vargas, no quería que Araceli ocupara el lugar de su mamá. Una desazón inexplicable agitaba su corazón mientras aguardaba, temeroso, la respuesta que su padre daría.

Tras un silencio que pareció eterno, la voz profunda y gélida de André resonó en la quietud de la habitación.

-No tiene caso comparar a Araceli contigo.

Aún evadia responder directamente a la pregunta.

-Está bien, ya entendí todo -respondió Sabrina sin insistir más.

Giró su rostro hacia Thiago.

-Vete a tu cuarto, tu papá y yo necesitamos hablar en privado.

Thiago miró a André con evidente preocupación, pero finalmente obedeció y subió las escaleras.

Una vez que Thiago desapareció, Sabrina extrajo unos documentos del sobre que había traído. -Aquí está el nuevo borrador del acuerdo de divorcio. Si no tienes objeciones, fírmalo de una

vez.

El rostro atractivo de André se endureció visiblemente.

-Mira Sabrina, ya te he dado suficientes opciones. Si sigues con esto, solo vas a terminar perjudicándote tú misma.

-¿Perjudicándome? -Sabrina arqueó las cejas con fingida sorpresa-. ¿Así de buena puede ser mi suerte? Sería maravilloso.

Los ojos penetrantes de André se tornaron fríos como el acero.

-Como quieras, Sabrina. Tú lo pediste. No vengas después con arrepentimientos.

-Ya me lo has dicho mil veces, ¿me has visto arrepentirme de algo?

André guardó silencio, tomó el acuerdo de la mano de Sabrina y comenzó a examinarlo meticulosamente.

Minutos después, levantó la mirada hacia ella, mientras sus labios delgados se curvaban en una sonrisa desprovista de calidez.

-¿Todavía insistes en quedarte con la mitad de mi patrimonio? De verdad que aspiras a mucho, Sabrina.

El semblante de Sabrina permaneció impasible como un lago sin viento.

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Capitulo 160

-Le he dado hijos a tu familia, paso los días como sirvienta atendiendo al marido y los niños, y encima tengo que aguantar los caprichos de tu madre. ¿Por qué no habría de llevarme la mitad de lo que tienes?

André soltó una risa carente de humor.

-Te comparas con una sirvienta, Sabrina. ¿Te pones tú misma en una posición tan baja y luego te sorprende que los niños no se sientan cercanos a ti?

-Ay, tienes razón, me equivoqué -respondió Sabrina con indiferencia-. No soy una sirvienta, soy menos que eso. Al menos Belén Teresa, la muchacha, gana varios miles al mes, Yo, siendo tu esposa, hago el trabajo de niñera, duermo contigo y no recibo ni un peso.

-Y todavía tengo que aguantar que tu mamá me llame parásita que vive a tus costillas, como si antes de conocerte yo hubiera sido una muerta de hambre.

La mirada que André dirigió a Sabrina rebosaba decepción.