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La Guerra de una Madre Traicionada novel Chapter 72

Capítulo 72

André frunció el ceño, su mirada se endureció como obsidiana pulida.

Antes de que pudiera articular palabra, Fabián intervino:

-¡No podemos permitir que esta agresora salga impune! Araceli, es precisamente tu benevolencia lo que algunos interpretan como debilidad y los anima a intimidarte.

Sabrina dejó escapar una risa sutil, casi musical en su mordacidad.

-¿Te causa gracia esto, Sabrina? -espetó Fabián, con la indignación burbujeando en su voz.

Sabrina respondió con una calma inquietante:

-Admiro cómo algunos emergen impolutos de situaciones turbias

Fabián interrumpió bruscamente, cortando sus palabras:

-¿A quién te refieres con esa comparación?

Esta vez, Sabrina abandonó todo subterfugio y confrontó el asunto frontalmente.

-A la señorita Araceli, por supuesto.

Fabián apenas logró contener la explosión de su temperamento.

Consciente de la presencia de André y Thiago, contuvo sus impulsos y se limitó a protestar:

-André, Sabrina empujó a Araceli por las escaleras provocando su ingreso urgente al hospital. No pretenderás, como en ocasiones anteriores, dejar este incidente sin consecuencias.

Sabrina esbozó una sonrisa sarcástica:

-El señor Guerrero padece no solo de un déficit cognitivo sino auditivo también. ¿En qué momento admití haberla empujado?

Fabián abrió la boca dispuesto a replicar, pero las palabras se evaporaron en su garganta.

-Aunque Araceli mantenga silencio, tengo la certeza absoluta de que fuiste quien la agredió.

Sabrina arqueó una ceja con desafío:

-¿Y cómo llegaste a esa conclusión? ¿Posees visión sobrenatural?

-Sabrina, tú-

-Suficiente -la voz autoritaria de André cortó el aire-. Sabrina, responde directamente: ¿empujaste a Araceli?

-Si deseas conocer la verdad, pregúntale a la protagonista de esta historia -respondió Sabrina

con tono neutro.

La mirada de André se desvió sutilmente hacia Araceli.

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Capitulo 72

-Araceli, ¿fue Sabrina quien te empujó?

Los ojos de Araceli se inundaron instantáneamente de lágrimas cristalinas.

Entre sollozos entrecortados, forzó una sonrisa temblorosa.

-No fue la señorita Ibáñez, fue mi propia negligencia

A pesar de sus palabras, su expresión atormentada revelaba una verdad silenciada: había sido

Sabrina.

Qué astuta estrategia, pensó Sabrina con amargura. Ensuciar mi reputación mientras preservan su imagen inmaculada.

Su voz emergió serena pero gélida:

-Si la señorita confirma mi inocencia, me retiro.

Fabián protestó de inmediato:

-¿Te atreves a marcharte? ¿No temes que podría

La mirada penetrante de André lo hizo vacilar momentáneamente.

-¿No temes que podría llamar a las autoridades para detenerte?

Sabrina giró para enfrentarlo:

-Adelante, contacta a la policía ahora mismo. Veamos a quién dan credibilidad: a tus acusaciones o al testimonio de la propia afectada. La testigo principal niega mi culpabilidad. ¿Qué más pretendes?

El rostro de Fabián se encendió de frustración:

-Araceli sólo intenta proteger los sentimientos de Thiago y André.

-¿Y entonces? -Sabrina confrontó directamente a Araceli-. Señorita, responda con claridad: ¿la empujé o no?

Araceli, al borde del llanto, respondió:

-Señorita Ibáñez, evitemos esta discusión frente al pequeño.

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