CORAZONES ATADOS. CAPÍTULO 5. La decisión más difícil
Maddi se quedó boquiabierta cuando el auto de lujo los dejó en el aeropuerto y vio aquel avión privado.
-¿Maddi? ¿Estás bien? -preguntó James viendo que se agarraba con ansiedad a su bolso.
-Bueno… es que yo no… yo nunca me he subido a un avión -murmuró ella..
-¿Te da miedo volar?
-Ultimamente me da miedo vivir, jimaginate volar! -replicó la muchacha y James se echó a
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reir.
-No pasa nada, no tengas miedo le sonrió con amabilidad-. Además, ya casi es de noche, vas a estar durmiendo todo el vuelo.
-¿Tanto vamos a volar?-murmuró ella.
-Sip. ¡Muy lejos de aquí!
Se subieron a aquel avión y Maddi estaba como cachorro con pulgas en su asiento. James tomó su mano y se la apretó suavemente.
-Vas a estar bien, mírame, mírame…
James sonrió por la mueca tan linda que hacía mientras el avión despegaba, pero cuando estuvieron en el aire, la vio asomarse a la ventana con el asombro retratado en el rostro.
-¡Dios, esto es hermoso! -murmuró.
Pero la ansiedad de ese primer vuelo no se le quitó en ningún momento cercano. Finalmente él la llevó a la parte trasera del avión ejecutivo, donde había una cómoda habitación con una
caina.
La arropó con una manta mientras ella se acurrucaba, muerta de sueño, pero antes de que se fuera Maddi agarró su mano.
-James… ahora que lo pienso… no me estás llevando a venderme en un mercadillo de Bangladesh, ¿verdad? -susurró y James largó una carcajada.
-Imposible, porque si tú estuvieras a la venta, yo sería el primero en comprarte.
-¿En serio? -murmuró ella bostezando y cerrando los ojos.
-Por supuesto ipagaría este avión entero por ti!
-¡Wow! Valgo un avión con camita…
Maddi suspiró tranquila y se fue quedando dormida mientras James le acariciaba el cabello con suavidad.
–Vales mucho más que eso, Maddi… solo que todavía no te das cuenta.
El vuelo se pasó para la muchacha literalmente en un abrir y cerrar de ojos, porque el embarazo la hacía tener un sueño terrible, y para cuando despertó ya habían pasado siete horas. -¿Hambre, princesa? -la saludó James cuando la vio salir de la habitación todavía envuelta en la manta.
Mas que ganas de vivir, pero todayfa estoy cansada,
Ex normal convel vinbaraza
respondió él.
Está bien si te mando a la friendzone y me acurruco contigo?preguntó ella.
Estaría muy bien, ven acá.
James abrió su brazo y lo pasó sobre los hombros de Maddi mientras ella se recostaba sobre su hombro. La última hora de vuelo pasó rápido y luego aterrizaron en una pequeña isla.
Mientras el auto avanzaba por un camino rodeado de vegetación, Maddi se veía sorprendida, pero cuando llegaron al borde de la playa, shuplemente no pudo moverse. El agua era de un azul tan claro y cristalino como jamás habla imaginado que podía existir de verdad.
–Pensé que las fotos de internet estaban retocadas–murmuró con los ojos llenos de lágrimas
De verdad existe un mar así…
James sonrió tomando su mano y caminaron despacio por el muelle. Sobre aquella playa cristalina de las Maldivas se levantaban siete bungalows conectados por enormes palapas techadas de guano.
–¿Aquí nos vamos a quedar?-murmuró Maddi cohibida.
-Si, bienvenida al mar más hermoso del mundo.
Maddi miró alrededor viendo que aquello estaba desierto.
-¿No tenemos que registrarnos o algo…?
-No, todo esto es para nosotros.
-¿Eh? ¡Pero parece el hotel completo! -se espantó ella.
-Es la reserva privada del Hotel Gili -rio James-. Tenemos bar, cine, librería, spa, hamacas, alberca y hasta un tobogán.
Tú tienes las manos más lindas del mundo–aseguró él besando sus nudillos. Son mil veces mejores que las de alguien que jamás ha hecho nada. ¡Y ahora vamos a pasear porque or iero enseñarte un montón de cosas!
james sourió mientras enlazaba los dedos con los suyos y caminaban lentamente por la orilla de la playa. Los siguientes tres días fueron un escape de la realidad. Hablaron durante horas de todo, desde su infancia hasta sus sueños para el futuro.
La ultima tarde, mientras velan el atardecer desde una de las terrazas, James se volvió hacia Maddi con una sonrisa en la cara.
Te sientes mejor? le pregunté.
Tanto que si pudiera aterrizar en cualquier otro lugar del mundo que no fuera Londres, sería perfect respondió ella
–Pero no pardes escapar le recordó él.
1, to e la solución, pero cuando regresemos mañana tendré que tomar una decisión y oda–marató Maddi
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James entendia, no era una decisión fácil de tomar. Ella sabia que James seria un padre increide, pero no estaba segura de poder entregarle a su bebé ni a él ni a nadie, simplemente porque no sabla si sería capaz de, llegado el momento, dejarlo ir.
El regreso a Londres fue silencioso y reflexivo para los dos, ya había pasado una semana y Maddi sabía que no podia seguir esperando, porque si finalmente decidía no tenerlo, solo le
quedaba otra semana de tiempo para que le hicieran el procedimiento menos riesgoso.
Y esa semana pasó, tétrica y dolorosa para ella aunque James se empeñaba en hacérselo llevadero.
De su tarjeta la Universidad había descontado el pago de la última mensualidad de
colegiatura de Martin, porque el infeliz ni siquiera había pagado y ella habia olvidado dar de baja su cuenta; así que cuando llegó el fatídico día, Maddi estaba por desgracia más deprimida
que nunca.
Lo siento, James… pero de verdad no puedo hacerlo murmuró mientras las lágrimas caían. por sus mejillas. De verdad no sabría cómo enfrentar el mundo con un bebé… pero menos sabría enfrentarme a mí misma si lo tengo y luego le regalo yo no puedo… de verdad que no,
lo siento mucho…
James sentía el corazón encogido, pero no podía culparla, después de todo él también sentiria. que le arrancaban el alma si alguien le quitara a un hijo suyo.
Está bien, no te preocupes–murmuró abrazándola, Buscaremos la mejor clínica especializada para que hagas esto, no quiero que te pase nada.
Lo siento mucho, de verdad lo siento! -sollozó ella, ocultando el rostro en su pecho y mojándole el suéter con sus lágrimas-, ¡Lo siento!
Tranquila, Maddi. Ya, cálmate. Todo va a salir bien, vas a estar bien. Te lo prometo murmuró James, pero por desgracia sabía muy bien que si Maddi perdía a aquel bebé, ninguno de los dos estaría bien en mucho tiempo.
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