Capítulo 1200
Era tarde cuando Fernando volvió a la mansión.
Los niños corrieron hacia Fernando y lo abrazaron.
Fernando los extrañaba.
Fernando los recogio y dijo: “Me extrañaste?”
“¡Si! ¿Te extraño mucho!” Joaquin dijo en voz alta.
Carmen rodeo el cuello de Fernando con sus brazos y lo besó en la cara. Ella dijo con una voz dulce: “Papá, te extraño mucho“.
“Buena niña.” Fernando sonrió y los acercó al sofá.
Sabrina siguió a Fernando.
Fernando se sento en el sofá y puso a los dos niños encima de él. Frotó su cabello juguetonamente.
Elena sostuvo a Sherry y camino hacia ellos.
Sherry no recordaba a Fernando. Cuando Sherry miró a Fernando en los brazos de Sabrina, se aferró al cuello de la falda de Sabrina.
Sherry estaba nerviosa y asustada.
Al ver esto, Sabrina bromeó: “Has estado en el negocio durante tanto tiempo que tu hija te olvida“.
Fernando tocó la carita de Sherry y dijo: “Ella es joven. Cuando crezca, me recordara“.
“¿Puedes reducir tu viaje de negocios? Todos te extrañamos“. Sabrina no queria dejar a Fernando.
Queria que Fernando se quedara con ellos.
“Reducire los viajes de negocios después de manejar el trabajo en el puerto. Tengo que volver al puerto después de unos dias. Cuando se coloquen los cimientos, no ire alli‘. Fernando queria acompañarlos.
Pero habia mucho trabajo por hacer.
Fernando decidió reducir el trabajo innecesario más tarde.
Sabrina asintió, “Julia se queda conmigo estos dias“.
Fernando no se sorprendió. Sabia que Sabrina se preocupaba por Julia, “Se han ocupado de sus asuntos?”
“Todavia no. Pero Adam ya sabe que entendió mal a Julia y no la torturara“, suspiró Sabrina, “da miedo que los hombres se
vuelvan locos”
Sabrina miró a Fernando y sonrió, “Por suerte, no estas loco. Me asustaré si te vuelves loco“.
Fernando sonno, ‘Soy más maduro”
“No te halagues a ti mismo“.
“Esa es la verdad. Mientras Fernando hablaba, beso suavemente a Sabrina en la cara.
“Me siento feliz en casa. Por muy prospero que sea el mundo exterior, prefiero estar con Sabrina y los niños“, pensó Fernando.
En el Grupo Treviño.
Julia volvió al trabajo. Edward la vio y dijo: “Sra. Treviño, ¿dónde está usted estos días?“.
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