Capítulo 366
Sabrina se veía pálida cuando regresó al departamento de Cindy. Los dos niños estaban jugando con juguetes en la sala de estar. Sabrina no quería afectar su estado de ánimo y se sentó en silencio junto a ellos para encontrar la manera por sí
misma.
Elena se acercó cuando vio a Sabrina sentada allí, frustrada.
“Sabrina, ¿qué pasa? Te ves tan alterada ahora. No me asustes“, preguntó Elena en un susurro.
Sabrina miró a Elena y su nariz se crispó. Ella no quería llorar ya que las lágrimas no podían resolver ningún problema.
“Elena, Fernando sabía lo de los niños“, dijo Sabrina con amargura.
Elena la miró con sorpresa. “¿Qué debemos hacer ahora ya que él sabía eso?”
“Nos pidió que nos mudáramos a su casa. Acepté en caso de que se llevara a mis hijos“. Sabrina dijo mientras acariciaba su falda.
Necesitaba ventilar su impotencia de esta manera.
“No podemos mudarnos a su casa. No te has casado“. Elena era conservadora y consideró impropio que ella se mudara a su
casa.
¿Qué pensarían los demás si supieran eso?
Su reputación había sido arruinada por la familia Bracamonte. Si se mudaba a la casa de Fernando, le sería más difícil encontrar marido.
Elena no deseaba permanecer soltera con los dos niños durante toda su vida.
“Sé que no es correcto, pero no tengo otra opción“, dijo Sabrina con voz profunda. “Si tuviera otra opción, no estaría tan preocupada“.
Elena dijo después de haber pensado por un momento: “Podría llevar a los niños a otra ciudad por un tiempo“.
Sabrina negó con la cabeza. Fernando era tan poderoso, y eso sería imposible engañarlo.
Además, él siempre podía encontrarla, incluso si ella se fuera al extranjero.
“Elena, él es demasiado poderoso. ¿Crees que podemos alejarnos de él?” Sabrina continuó: “Planeo mudarme alli primero y luego encontrar una salida“.
“¿Lo dices en serio?” Elena quería persuadirla.
No esperaba que Sabrina se mudara por temor a que arruinara su reputación.
Elena pensó: “Aunque Sabrina tenía dos hijos, al menos era soltera. Sin embargo, la gente chismearia si Sabrina se mudara a la casa de un hombre“.
Sabrina conocía la mente de Elena, pero se llevarían a los niños si se negaba a ir. Ella no podía dejar que sucediera. “Elena, no tengo elección.
“Si no nos moviéramos mañana, él haría que nos moviéramos, lo que sería vergonzoso“.
Elena dejó escapar un profundo suspiro y frunció el ceño. Eso era lo que odiaba ver. Habían hecho grandes esfuerzos para evadir a Fernando pero aún así fueron fundados por él. No tenían elección.
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