Capítulo 290
-N-no me bajaré si tú no me cargas.
Helen estaba agitada, tratando de contener sus sollozos. Elias de inmediato se acercó para tomarla entre sus brazos. Érica estaba escondida con su teléfono en mano, grabando todo lo que sucedía. Helen rodeó el cuello de Elias con sus brazos y se apoyó contra su hombro. El la recosto en la cama, aunque tuvo que quitar su agarre de él.
– Descansa. No te tomes las cosas a pecho.
-Elias, ème crees? ¿Crees que Anastasia fue quien me empujó al agua? -preguntó Helen, llorando. Con pánico, comenzó a explicarle con la esperanza de que confiara en ella. —Yo no quise presionar su cabeza contra el agua. Estaba muy asustada en ese momento. Mi instinto me decia que tenía que vivir; era todo lo que sabía en ese momento… Juro que no quise hacerlo.
-Descansa primero -dijo el con una expresión seria. Él ya sabía en quién confiar, pues entre Helen y Anastasia, solo podia creerle a Anastasia.
-¿Cuál es el punto de vivir si no me crees? -Helen seguia perturbada emocionalmente, por lo que forcejeó por volver a la ventana para saltar.
-Suficiente. Solo estabas conmocionada por lo que pasó. -Elias suspiró y la detuvo contra la cama al ver que no tenia otra opción. Después se dirigió hacia Daniel, quien se había hecho cargo de todos los asuntos de Helen todo ese tiempo, y le dijo: -Daniel, quédate y cuida de la señorita Sarabia. El resto se puede retirar.
-Entendido, presidente Palomares -contestó Daniel, asintiendo.
-Elias, no te vayas, Elias…
A pesar de lo mucho que intento para que él se quedara, aun así, se marchó sin dudarlo. En cuanto Erica salió de su escondite, sintió una mirada asesina sobre ella. Se giró solo para encontrarse con Elías. Tenía un aire opresivo, como si fuera el demonio mismo.
-Érica -dijo con un tono de advertencia. -No te dejaré ir con tanta facilidad si vuelves a hacer algo como esto.
La corta advertencia hizo que su cara palideciera de inmediato y que su corazón comenzase a temblar. Justo después de que el se fue, el miedo de Érica se convirtió en resentimiento. Odiaba lo injusto que era que Elías tratara a Anastasia como si fuera un tesoro, pero a Érica solo le habló con un tono tan cruel, a pesar de que ambas eran mujeres.
Comments
The readers' comments on the novel: ¿Tuvimos un hijo