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¿Tuvimos un hijo novel Chapter 328

Capítulo 328

Anastasia sintió culpa y comenzó a alejar a Elias, lo cual hizo que él no tuviera otra opción más que soltarla. Anastasia se giró de inmediato para esconderse de él. Solo Dios conocia los pensamientos que ella había tenido sobre Elías y Alma en los últimos dos dias. Si Elias pudiera leer mentes, entonces Anastasia moriría de vergüenza. Ni siquiera queria pensar en cómo había llorado y se había lamentado como una esposa abandonada en medio de la noche. Aun así, penso que era mejor explicarlo para que Elías no malinterpretara la relación que tenía con Mario.

-No te contesté porque puse mi teléfono en modo silencio antes de que mi papá me llevara a una reunión de la junta directiva. Mi papá y yo fuimos a la obra en la tarde sin auto. Casi se me hacía tarde para recoger a Alejandro, así que le pedi al señor Salcido que me llevara.

Al escuchar su explicación que parecía bastante normal, Elías sonrió con satisfacción y rodeó su cintura por detrás con arrogancia. Luego, comenzó a persuadirla con una voz profunda, pues tenía poco de haber despertado.

-Fue mi culpa. ¿Puedes perdonarme, por favor?

Anastasia no quería tener intimidad con él tan pronto, así que, de modo subconsciente, intentó quitar sus manos de encima. Sin embargo, no solo no pudo lograrlo, sino que Elías solo apretó su agarre e incluso puso su mentón sobre el hombro de Anastasia antes de preguntar:

—¿Te puedo decir un secreto?

-¿Qué cosa? —preguntó Anastasia con el ceño fruncido.

-El auto al que te subiste fue al mío. Además, yo fui quien te trajo al hotel. Y quien te cambio de ropa.

Anastasia pudo sentir cómo se rompía el último hilo de cordura después de escuchar eso. Ella ya se había imaginado que él era el culpable de todo lo que había pasado hasta entonces.

-¡Suéltame! (Qué me hiciste?

La sangre había subido hasta sus mejillas y la punta de sus orejas. Anastasia planeaba perdonarlo por hacerla enojar, pero él llegó al punto de verla sin nada puesto. Al ver su reacción, Elias soltó una risita y dijo:

-No te preocupes. Soy un hombre de integridad.

– Eres un idiota!

Elías decidió no hacerla enfadar más y suspiró a un lado de su oido de forma provocativa,

–Será mejor que me dé una ducha fría para calmar cierta parte de mi cuerpo después de que me abrazaras toda la noche,

Anastasia entendió sus palabras al instante y se quedó congelada en su lugar. Después, Elias

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