Capítulo 381
De esta manera, Mario no tuvo más remedio que regresar a la empresa con Anastasia, mientras, se preguntaba por qué la mujer no querría seguir esperando en ese mismo lugar, minimo hasta que dejara de llover. Al tiempo, Anastasia miraba a través de la ventanilla del auto con temor, pues sabia que la carretera era muy poco visible en esos momentos y que ni siquiera los limpiaparabrisas eran tan efectivos ante la tormenta. Por eso, pensaba que a Elias le tomaría por lo menos 30 minutos llegar hasta la empresa de su padre, entonces, le envió un mensaje de texto que decía:
Mantén la cabeza fria, está lloviendo muy fuerte y debes prestar mucha atención al conducir
No obstante, su mensaje fue respondido con silencio, lo que solo aumentó su preocupación.
«Elias, estás enfermo, ¿por qué no eres capaz de descansar?-, penso.
Minutos después, ella y Mario llegaron a la Constructora Torres, en eso, ella le dijo al hombre que podía regresar a su oficina y que ella se quedaría un rato en la recepción; mientras tanto, Mario podía imaginar qué estaba pasando y se preguntaba si en verdad Elias iria a buscarla a pesar de las fuertes lluvias del momento. También, pensó que seria bueno que le sucediera algo en el camino.
Por otro lado, Anastasia se sentia ansiosa mientras observaba por la ventana y no veia ningun auto acercarse; luego de 15 minutos, vio un sedán negro, y a medida que su vista se aclaraba, pudo darse cuenta de que se trataba del Rolls-Royce Phantom de Elias y dejó escapar un suspiro de alivio, hasta que de pronto, se dio cuenta de que había un camión estacionado frente a la recepción de la empresa, el cual recién había terminado de ser descargado, por lo que, Elias no podría estacionarse ahi, ni siquiera había manera de que fuera capaz de entrar a la empresa sin resultar empapado.
Por eso, Anastasia salió corriendo y buscó al conductor para que moviera al camión, pero segundos después, alcanzó a ver como las luces del auto de Elias se apagaban, y este, bajaba corriendo sin siquiera traer un paraguas con él. Entonces, ella corrió a su encuentro y Elias se alegró de verla, ya que parecia que lo había estado esperando con muchas ansias a pesar de estar completamente mojado.
-¿Por qué viniste? ¿No te das cuenta de que está cayendo un diluvio? -regano Anastasia al hombre.
A lo que Elias reaccionó con una sonrisa y la miró con ternura mientras el agua seguia resbalando por su cabello
– Aunque arriesgue mi vida, siempre aprovecharé cualquier oportunidad para verte.
En eso, Anastasia sacó un panuclo de su bolso y limpio el cabello mojado del hombre, asi como las gots que también caian de su hombro, de pronto, sintió como el brazo del hombre la rodeó de la cintura y segundos despues ya estaba dentro de su abrazo.
-Tu-Anastasia estaba furiosa
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