Capitulo 83
Camilla mirò al joven re, queriendo retirar su delicada mumeca de la palma de su mano:
solo soy ima camarera, encargada de servit bebidas, no acompaño a los clientes a beber, i sueltame!
El joven rico no soltó a Camila, al contrario, sul ha aumentó su interés Hermosa, ¿no has salido a ganar dinero? Acompáñamos a beber un par de copas, te pagaremos.
Camila le replico con colera: No quiero tu sucio dinero!
En ese momento, el joven rico chasqueó los dedos y uno de sus subordinados entró llevando
una caja.
El joven rico abrió la caja, que estaba llena de billetes.
El joven rico tomdam fajo de dinero: Hermosa, aquí tienes mil dólares, acompañame a beber
una copa.
Camila dijo: ¡No quiero!
-Entonces subo la oferta, te daré cinco mil dólares, cinco mil dólares por acompañarme a
beber una copa.
-¡No quiero!
El joven rico sonrió: -Hermosa, ¿estás jugando al gato y al ratón? Pues realmente has captado
mi atención.
Las personas alrededor comenzaron a animar: -Hermosa, muchas chicas querrían tener la oportunidad de beber una copa con él y no la tienen, te aconsejo que no pierdas esta ganga.
-Parece que el señor Antonio realmente está encantado con esta belleza, ¡nunca lo había visto tan obsesionado con ninguna otra!
—
Melis estaba sentada en el sofá observando la escena, miró a Héctor a su lado: Héctor, parece que el señor Antonio va a tener una nueva amiga, ¿verdad?
Héctor estaba recostado perezosamente en el sofá, sosteniendo una copa de vino que agitaba, el líquido rojo se remolinaba en el vaso, su mirada era gélida mientras observaba a Antonio y
Camila.
-Héctor, ¿por qué no hablas?
Melis percibió sensiblemente un cambio en el estado de ánimo de Héctor, quien es una persona que no suele mostrar sus emociones. Aunque habían acordado salir juntos, muchas veces Melis sentía que no podía entender a este hombre.
Siempre era muy reservado.
Pero ahora, observando al senor Antonto y a Camila, su auta se hundió abruptamente, fría como el hielo
Melis no pudo evitar valvei su mirada haria Camila, ¿quién es ella?
Antonio tio: 1indura, toda esta caja de dinero es para ti, ven, ¿puedes acompañarme a echarme ima copita?
Esta vez, Antonio no le dio a Camila la oportunidad de rechazar, la jaló con fuerza y Camila terminó sentada en su regazo.
El cuerpo de Camila se tensó instantáneamente, ella estaba muy en contra del contacto físico
con hombres desconocidos.
Intentó empujar a Antonio: –¡Sueltame! ¡No me toques!
-Hermosa, ¿por qué siempre llevas puesta una máscara? Quítatela y déjame ver tu rostro.
Camila mostró un par de ojos claros y brillantes que cualquiera que los viera se sentiría conmovido, deseando descubrir la persona detrás de su máscara.
Antonio, quitale la máscara rápido, quizás su cara no sea bonita y rompa tus expectativas.
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