(Cuatro años después del accidente)
―Quentin Valois, el CEO de la empresa Transnacional dedicada a la exportación de oro, ha sido seleccionado como uno de los solteros más codiciados en el mundo. A sus cuarenta años Quentin no sólo a conquistado el mercado con astucia, si no que su simpatía ha hecho que él conquiste corazones... ¿quién será la afortunada que lo haga? ― Termino de leer la nota de la revista y la dejo sobre la mesa― ¿Sabías de esto? ― Le pregunto a Vivianne mi asistente quién me escucha atenta sentada.
―No lo sé Señor Valois, no tuvimos aviso sobre eso.
―¿Quién es quien dirige esta revista?
―No lo sabemos... además está en FORBES así que parte de su información ya está afuera, no se puede evitar es famoso e importante aunque usted no lo quiera.
―¡Eso no me importa! Lo que me importa es que pongan mi vida personal como si estuviera en una "subasta" quién da más , quién da menos, yo no quiero volver a tener nada que tenga que ver con el amor, no me interesa, no me va... quítalo.
―¿Qué?
―Quita este artículo, dales lo que quieran de dinero pero sáquenlo de ahí.
―Señor Valois.
―¡Haz caso Vivianne! Y cuida que mi información personal no salga de aquí ¿entendido?
Vivianne se pone de pie y luego camina hacia la puerta de mi oficina y sale. Volteo a ver hacia el mi escritorio y veo las infinitas cartas que miles de mujeres me han enviado a lo largo del día.
―Como si yo quisiera que conquistaran mi corazón. Estoy muy viejo para esto.― Murmuro y tomo las cartas y las hecho a la basura, junto con la revista. Volteo a ver por la venta de mi oficina y toda la ciudad se extiende a mis pies. Hoy hace unos años hubiera sido mi aniversario de bodas y en este momento Nadine estuviera esperando por mi sorpresa que siempre incluiría un ramo de dalias de colores, sus favoritas, las que ahora adornan su tumba.
Cierro los ojos, pienso en mis hijos, tan pequeños y en la última frase que les dije antes de no recordar nada "Pronto llegaremos a un lugar más cálido", y bueno, ahora supongo que están ahí en el paraíso.
―¿Señor Valois? ― Escucho la voz de Vivianne.
Me quito las lágrimas.― Dime.
―Recuerde su cena, debe estar ahí dentro de una hora.
―Cierto. ―Tomo mis cosas, el bote de basura y se lo doy.― No más correspondencia como ésta, en cuanto llegue la tiras.
―Sí señor Valois.― Responde Vivianne y luego salgo por la puerta.
Bajo por el ascensor mientras me arreglo el traje reflejándomelos en los espejos de éste mi móvil vibra. Lo saco de la bolsa y leo.
NÚMERO DESCONOCIDO
¡Hola! No sé si recuerdas pero quedamos de vernos hoy a las cuatro en "La Croix" pero no llegaste ¿hubo algún problema?
Ignoro completamente el mensaje, lo borro y salgo del elevador para ver a lo lejos a mi nuevo chofer que me espera con la puerta del auto abierta.
―¿Dónde señor?
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