Capítulo 106
André contempló a Sabrina con intensidad, sus ojos tan oscuros como un abismo impenetrable.
-Ese número no pertenece a Araceli. El remitente nunca se identificó como ella; no tienes forma de comprobar que fue ella quien envió esos mensajes.
-Pero, ¿quién más podría saber sobre Daniela? Araceli me citó en una cafetería justo al día siguiente de que Daniela desapareciera -Sabrina sostuvo su mirada sin vacilar-. En los mensajes mencionaba claramente dónde estaba Daniela. ¿O crees que mi relación con ella es tan estrecha como para reunirnos a tomar café?
André bajó la mirada, estudiándola con deliberada atención.
-¿Estás completamente segura de que Araceli realmente se reunió contigo?
-Estoy segura.
-Bien, enviaré a alguien a investigar ahora mismo.
Tras la investigación, André llevó a Sabrina hasta la habitación de Araceli en el hospital. El semblante de Araceli había mejorado considerablemente. Al escuchar la pregunta de André, su rostro mostró genuina sorpresa.
-¿No fue usted quien me citó en la cafetería?
Sabrina quedó desconcertada.
-¿Yo te cité?
-Sí, recibí su mensaje diciendo que quería verme. Me aseguró que para mi tranquilidad nos reuniríamos en una cafetería céntrica, donde no correría ningún peligro.
Araceli extendió su celular hacia André.
-Todavía conservo los mensajes que me envió.
Sabrina observó la pantalla. Efectivamente, tal como afirmaba Araceli, ella también había recibido una invitación. El número remitente era idéntico al que había contactado a Sabrina.
La mente de Sabrina comenzó a trabajar aceleradamente. A pesar de estar convencida de que Araceli era quien enviaba los mensajes y haberla visto personalmente en la cafetería, tal como André señaló, ese número no pertenecía a ella. No existía forma de probar directamente que Araceli era la remitente.
Sin embargo, el encuentro entre ambas era un hecho irrefutable que André había confirmado mediante su investigación.
Mientras Sabrina procesaba la situación, Fabián Guerrero, quien permanecía sentado a un
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costado, finalmente habló, incapaz de mantener su secreto.
-Yo envié esos mensajes. Araceli no tuvo nada que ver.
Araceli lo miró atónita, como si no pudiera dar crédito a sus palabras.
-Fabián, ¿por qué hiciste algo así?
-Simplemente no soporto a Sabrina y quise darle una lección.
-Desde que Araceli regresó, Sabrina no ha dejado de acosarla -continuó con evidente frustración-. Provocó que cayera al agua y terminara hospitalizada. Incluso permitió que sus amigos vinieran aquí a humillarla, lo que desencadenó su intento de suicidio y su traslado a urgencias.
-Sus amigos se disculparon y todo quedó en el olvido, mientras Araceli tuvo que soportar todo este sufrimiento… ¿por qué?
-Ya que André se niega a castigar a quien lastimó a Araceli, decidí hacerlo yo -sentenció con frialdad-. Ahora que todos conocen la verdad, hagan lo que quieran conmigo.
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