Capítulo 117
Este es un video sobre una actividad de padres e hijos. Thiago, quien acaba de obtener el primer lugar, está rodeado por muchos niños, su rostro rebosante de orgullo y satisfacción mientras disfruta ser el centro de atención.
-Thiago, ¿las personas que vinieron a jugar contigo eran tus papás? -pregunta uno de los niños con curiosidad.
Thiago asiente con un ligero titubeo en su expresión.
Los pequeños a su alrededor estallan en exclamaciones de admiración genuina.
-¡Tu papá se ve súper fuerte y la verdad es buenísimo en los juegos!
-¡Y tu mamá es divina y súper linda con todos!
Los cumplidos hacen que Thiago se sienta profundamente halagado. Levanta su barbilla con un gesto elegante, absorbiendo como esponja cada palabra de alabanza que recibe.
-Oye Thiago, nunca te había oído mencionar a tu mamá, hasta pensé que no tenías. Por cierto, ¿a qué se dedica ella? -indaga otro niño con genuina curiosidad.
-Mi mamá es violinista, tiene muchísimo talento -responde Thiago con evidente orgullo-. En unos meses va a dar una gira de conciertos por varias ciudades.
-¡Qué bonito! -exclaman los niños maravillados-. ¿De verdad tu mamá es así de increíble?
-Claro, ahora entiendo por qué Thiago nunca habla de ella. Si yo tuviera una mamá tan guapa y con tanto talento, también la escondería para que nadie me la quite.
-Ay, cómo quisiera que mi mamá fuera así de genial. La mía nomás está en la casa todo el día sin trabajar, mi abuela dice que es como una sanguijuela… qué vergüenza, ni me gusta hablar de ella. La mamá de Thiago sí está a otro nivel.
Los niños continúan llenando de elogios a Thiago, quien parece flotar de satisfacción con tantas alabanzas.
-Oye Thiago, hace poco vi a una señora muy guapa que te traía todos los días a la escuela… pensé que ella era tu mamá -comenta otro niño con inocencia.
El rostro de Thiago se endurece instantáneamente.
–Ella no es mi mamá, solo es la niñera de mi casa -responde con sequedad.
El video concluye en ese momento.
En la sala de reuniones, un silencio absoluto se apodera del ambiente.
Sabrina aprieta sus manos inconscientemente. Aunque ya conocía por Araceli y Romeo lo que Thiago pensaba de ella, escucharle decir aquellas palabras directamente le provoca un dolor agudo que le atraviesa el pecho.
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Al observar el contenido proyectado en la pantalla, una sombra de desconcierto atraviesa la mirada de Thiago. Araceli, sentada junto a él, le da un suave apretón en la mano para
tranquilizarlo, y el pequeño apenas logra mantener la compostura.
Los videos siguientes muestran escenas cotidianas del jardín infantil, sin nada particularmente relevante, hasta que la última grabación vuelve a capturar la atención completa de todos los presentes.
En la grabación, Romeo se aproxima decidido hacia Thiago.
-Thiago, ¿por qué dijiste mentiras?
Thiago está concentrado dibujando y al notar su presencia, gira el rostro con evidente fastidio.
-¿De qué mentiras hablas?
-La señorita Sabrina es tu mamá, ¿por qué andas diciendo que esa señora mala lo es?
Thiago frunce el ceño, mostrando total indiferencia ante el cuestionamiento. Parece reacio a dar explicaciones y responde con frialdad:
-No te metas en lo que no te importa.
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