Capítulo 116
-Señorita Sabrina, lo siento mucho, fui yo quien confundió a Thiago sin querer.
Romeo tomó el celular con sus pequeños dedos mientras sus ojos enrojecidos revelaban toda su vulnerabilidad.
-Voy a borrar todo esto ahora mismo.
La expresión desconsolada de Romeo no solo conmovió a Sabrina hasta lo más profundo, sino que también tocó el corazón de todas las maestras presentes. Tratar a una niñera recién contratada como si fuera su verdadera madre reflejaba una carencia tan dolorosa que resultaba imposible no sentir compasión. El pequeño solo anhelaba un amor maternal que nunca había conocido, ¿cómo podría culpársele por eso?
Sabrina sintió que algo se quebraba dentro de su pecho mientras detenía la mano de Romeo.
con suavidad.
-Romeo, no hace falta que borres nada. Déjalo tal como está.
-Pero a Thiago no le va a gustar -murmuró Romeo bajando la mirada.
-No te preocupes por eso.
-Pero…
-Si no estás lastimando a nadie, no tienes por qué sacrificar lo que te hace feliz solo para complacer a otros -le dijo Sabrina con voz cálida.
-Haré lo que usted diga, señorita Sabrina -asintió Romeo con docilidad.
-Quiero revisar su celular -la voz masculina de André resonó repentinamente en la habitación,
cortante y autoritaria.
-André, ¿no crees que revisar el celular de un niño es demasiado invasivo? -Sabrina frunció el ceño, evidentemente molesta por la intromisión.
-Conozco perfectamente a Thiago. Él no mentiría sobre algo así -respondió André con una calma inquebrantable.
Sabrina estaba a punto de replicar cuando sintió un suave tirón en su manga. Romeo la miraba con una madurez impropia de su edad.
-Si el señor Carvalho quiere verlo, no hay problema. Que lo vea.
Las maestras intercambiaron miradas de asombro ante la comprensión y madurez que demostraba el pequeño en aquella situación tan tensa.
Sabrina meditó un instante antes de asentir finalmente, pero no entregó el dispositivo directamente a André.
-Si vamos a revisar algo, todos debemos verlo juntos. No podemos quedarnos solo con una
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Capitulo 118
versión de los hechos -declaró con firmeza mientras dirigía su mirada hacia las maestras, ¿Tienen algun equipo de proyección disponible?
-Si, claro. Está en la sala de juntas de al lado -respondió una de las educadoras rápidamente.
El grupo se trasladó a la sala contigua donde proyectaron el contenido del celular de Romeo en la pantalla principal. Las publicaciones del niño en la red interna del jardín consistían principalmente en fotografías cotidianas acompañadas de pensamientos infantiles e inocentes. Era evidente que se trataba de uno de esos malentendidos donde quien habla no lo hace con mala intención, pero quien escucha interpreta las cosas desde su propia perspectiva,
Sabrina continuó la revisión abriendo los mensajes y contactos de Romeo, sin encontrar nada que pudiera considerarse inapropiado o provocativo.
-Ya hemos revisado completamente el celular. Creo que ahora podemos confirmar que Romeo no provocó a Thiago intencionalmente, ¿verdad? -afirmó Sabrina con seguridad.
-Thiago dice que Romeo le mostró personalmente algunas fotos y videos. Señorita Ibáñez, ¿podría abrir la galería, por favor? -intervino Araceli con tono calculado.
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