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La Guerra de una Madre Traicionada novel Chapter 125

Capítulo 125

Romeo fue lanzado violentamente contra el suelo por Araceli, mientras el aerosol resbalaba de su pequeña mano y rodaba sobre las baldosas.

-¿Qué demonios crees que estás haciendo? -espetó Araceli con furia contenida.

El pequeño permaneció sentado en el suelo, frotándose el brazo raspado y enrojecido por el impacto. Sus ojos, llenos de determinación infantil, no se apartaron de los de Araceli.

-No estaba haciendo ninguna travesura -respondió Romeo arrugando su nariz con indignación.

-¿Y todavía lo niegas? Todo el mundo sabe que siempre molestas a Thiago en el kinder, y ahora que está grave aprovechas para lastimarlo más. ¿De verdad quieres verlo muerto? -Araceli lo fulminó con la mirada-. ¿Cómo puede existir tanta maldad en alguien tan pequeño?

-Jamás quise hacerle daño a Thiago -contestó Romeo con voz temblorosa pero firme.

Los ojos de André se tornaron sombríos mientras avanzaba un paso hacia el niño.

-¿Entonces qué pretendías hacer?

Romeo encogió los hombros, intimidado por la presencia imponente de André.

-Solo intentaba ayudar a Thiago, como me pidió la señorita Sabrina.

Araceli soltó una risa despectiva que cortó el aire.

-¡Qué mentira tan absurda!

-No estoy mintiendo, solo seguí las instrucciones de la señorita Sabrina -insistió el pequeño.

-Hay médicos profesionales aquí, ¿y prefieres hacerle caso a ella en lugar de los expertos? -contraatacó Araceli con desdén.

-La señorita Sabrina es su mamá, ella conoce mejor que nadie lo que Thiago necesita -defendió Romeo con convicción.

El rostro de André se endureció mientras sus palabras caían como piedras sobre el niño.

-Si algo grave le pasa a Thiago, aunque seas un mocoso, te juro que me las pagarás.

Apenas terminó su amenaza, un murmullo de asombro comenzó a extenderse entre la multitud que los rodeaba.

-¡Miren, el niño está reaccionando! ¡Está mejorando!

André giró bruscamente la cabeza hacia Thiago, frunciendo el ceño con incredulidad. El pequeño, que minutos antes se convulsionaba con el rostro enrojecido y la respiración entrecortada, ahora yacía más tranquilo. Las erupciones cutáneas seguían visibles en su rostro, pero su cuerpo había dejado de sacudirse violentamente.

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Capitulo 125

El médico recogió del suelo el aerosol que Romeo había utilizado, examinándolo con evidente sorpresa. No era un medicamento comercial común. El intenso aroma a hierbas que emanaba revelaba una elaborada fórmula de medicina naturista, específicamente preparada para ese tipo de crisis.

Sabrina, observando cómo la condición de Thiago se estabilizaba, sintió que toda su fuerza la abandonaba. Sus piernas cedieron y se desplomó sobre el suelo, respirando agitadamente mientras las personas que la sujetaban aflojaban su agarre, desconcertadas. Esa mujeraparentemente no mentía.

La ambulancia finalmente llegó al lugar. El personal médico examinó rápidamente a Thiago y le colocaron un respirador mientras lo acomodaban para transportarlo.

-¿Había algún médico aquí? La reanimación fue extraordinariamente oportuna y el tratamiento, sorprendentemente preciso -comentó uno de los paramédicos.

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