Capítulo 139
La mirada de André se ensombreció, revelando la profundidad de su tormento interior.
Los conflictos entre Sabrina y él, o entre ella y Thiago, eran asuntos privados de su núcleo familiar, una trinidad ahora fracturada.
Pero el enfrentamiento entre Sabrina y su madre había alcanzado un punto de quiebre irreconciliable.
Esa mañana, el teléfono de André vibró con la llamada de Fernanda.
Su madre le había lanzado un ultimátum implacable: si no se divorciaba de Sabrina, rompería todo vínculo con él.
El día anterior, Sabrina había abofeteado a su suegra sin titubeos, cerrando cualquier posibilidad de reconciliación.
-¿Qué te está sucediendo últimamente? No eras así antes -murmuró André, escrutando el rostro de quien alguna vez creyó conocer.
-Si percibes un cambio en mí, es porque tú, como beneficiario principal de nuestra dinámica, ya no estás sacando ventaja -respondió Sabrina con voz cortante como navaja.
-¿Y qué hay de mí? En este matrimonio, además de soportar tu infidelidad, el rechazo de mi propio hijo y las humillaciones constantes de tu madre, ¿qué obtengo a cambio?
André permaneció en silencio unos instantes, sopesando sus palabras.
-De cualquier forma, mi madre es una persona mayor, no deberías…
Una risa seca interrumpió sus palabras, cortándolas de raíz.
-¿Te resultaron placenteras esas dos bofetadas anoche? ¿Deseas algunas más para seguir disfrutando? -inquirió Sabrina con sarcasmo mordaz.
El semblante de André se transformó instantáneamente, endureciéndose.
-¡Sabrina!
-¿Qué ocurre? ¿Te dolió el impacto en tu rostro? -continuó ella, imperturbable-. Cuando tu madre me abofeteó, no te vi apresurarte a defenderme.
-Dime, ¿sabes por qué tu madre siempre se atreve a tratarme así sin temor alguno?
Sus ojos se clavaron en los de André, cada palabra precisa como dardo envenenado.
-Es porque tiene la certeza de que, sin importar cómo me trate, jamás me defenderás, mucho menos exigírás justicia por mí.
André se sumergió momentáneamente en el laberinto de sus pensamientos.
-El acuerdo de divorcio ya está en tus manos -continuó Sabrina con serenidad gélida-.
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Capitulo 139
Firmalo cuanto antes, antes del fallecimiento de la señorita. Recuerda que existe un periodo obligatorio de reflexión para el divorcio.
Cuando Sabrina se disponía a marcharse, la voz de André resonó a sus espaldas.
-¿Sabes por qué me casé contigo?
-Porque estaba embarazada -respondió ella sin voltearse, su expresión impenetrable.
-Exactamente–confirmó André con voz áspera-. Porque deseaba darle un hogar íntegro a nuestro hijo.
La familia Carvalho era sencilla en su estructura, pero compleja en sus relaciones.
Fernanda había tenido dos hijos: André y Luana.
Sin embargo, el entramado familiar ocultaba complejidades.
André superaba a Luana por seis años, pero compartían madre con diferentes padres.
Tras años de matrimonio con André, Sabrina conocía los entresijos de la familia Carvalho.
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